[Oneshot] Porque tú tienes mi mente, mi alma y mi corazón

Primero que nada, quisiera desearles a todos un ... ¡feliz año nuevo! *serpentinas y globos por todas partes* que este año sea mejor que el anterior, que este lleno de cosas buenas, amor, salud, felicidad, todo ^^, mis mejores deseos para todos ustedes y muchas bendiciones ^^. Espero que puedan seguir visitando este pequeño blogsito y que pueda conocer a todos ustedes que se toman su tiempo en leer alguna pequeña historia que yo este escribiendo. Espero que este nuevo año muchas más historias puedan ser escritas; tratare de traer historias nuevas para todos ustedes, un abrazo.

Bueno ~ ahora si, se que había dicho que la semana pasada iba a traer el shot de esta pequeña historia que comenzó con el pensamiento de ambos chicos, bueno ~ no fue así y aun cuando por fin pude tomar un tiempo y plasmarlo todo, no pude subirlo debido a que tenia pensado hacerlo el día de ayer pero con todo lo del año nuevo no pude hacerlo, así que ^^ comenzando el año les daré una pequeña historia, espero sea de su agrado ^^

Titulo: Porque tú tienes mi mente mi alma y mi corazón

Autor: Tani

Pareja: Yoosu

Género: Romance

Extensión: OneShot

-Y esto ha sido todo, yo se que en este momento están tristes y sé que estos chicos también lo están un poco.

El presentador miro a los cinco chicos que sonrientes permanecían sentados en aquellos cómodos sillones blancos que habían sido acomodados estratégicamente frente a las cámaras, frente al público espectador.

-Deberíamos invitarlos de nuevo, ¿no creen?

Y el público grito pidiendo por los chicos, los cuales prometieron volver pronto. Alguien en el estudio grito corte, dando por terminado aquel programa, dando por terminado un asunto más de la agenda de aquellos chicos, la cual terminaba en ese programa, lo cual significaba horas de descanso, tiempo libre para relajarse, des estresarse y prepararse para el día de mañana y madrugar para un poco más de trabajo.

Los gritos del público llamando por aquellos chicos no se hicieron esperar, reclamando por un poco de atención, una foto, una sonrisa.

Y de nuevo como venían haciendo en todo el programa se regalaron una mirada, una mirada silenciosa que pronto perdió fuerza cuando ambos tuvieron que prestar atención a las personas que les rodeaban.

Pero esas miradas no pasaron desapercibidas para los otros tres chicos integrantes de aquella agrupación, ni mucho menos los suspiros frustrados por parte de ambos, no para nada, para nada habían pasado desapercibidos aquellos silencios que ocultaban tantas cosas, tantas que deberían decirse pero que ninguno de esos dos decía.

-Si vuelven a suspirar de esa manera juro que…

El menor de los tres murmuro entre dientes ganándose un leve codazo por parte del mayor del grupo, el cual le miro de manera reprobatoria tal madre que riñe a su hijo con la mirada tratando de decirle de manera silenciosa que una vez estuvieran en casa se lo pagaría.

-¿Qué?, si ellos hicieran algo de una buena vez, yo debería hacer…

-Ni lo pienses Minnie.

Jaejoong corto al menor, si algo sabia era que Changmin no era sutil para decir las cosas, aunque aquellos chicos que ahora saludaban a unas cuantas fans no necesitaban ya nada de sutilezas, si no que les dijeran a la cara de una buena vez lo que el otro sentía, que les abrieran los ojos y vieran lo que era tan obvio.

-Min tiene razón Boo.

Jaejoong giro en redondo mirando sorprendido al joven que se encontraba detrás de él.

-¿¡Qué!?

Pero Yunho fue mucho más rápido hablando antes de que un Jae sorprendió pudiera comenzar a reclamar porque no estuviera de su lado.

-Es momento de que les abran los ojos, si ellos dos vieran lo que el otro siente desde hace mucho tiempo que fueran felices. Pero sé que ir a gritárselos a la cara es una buena manera, creo que ellos solo necesitan un empujoncito.

-Bueno quizá tengas razón pero quiero que las cosas se den con calma, no quiero que terminen asustados tratando de decir lo que sienten y al final terminen sin decirse nada.

Jae le regalo un pequeño puchero a Yunho solo tentándolo, porque si, le tentaba a robarle un beso ahí mismo, pero había demasiado público y muchas miradas sobre ellos.

-Un empujoncito – bufo Changmin mientras miraba a sus dos amigos que de nuevo.. si, se volvían a mirar furtivamente sin que el otro se diera cuenta – desde cuando les hubiera dado yo unas cuantas patadas para ver si así sus cerebros carburaban un poco y se dejaban de miraditas y suspiritos bobos.

Y de nuevo término ganándose un golpe por parte de Jaejoong – mejor deja de gruñir tanto y vamos a atender a algunas fans – porque estas ya reclamaban por ellos.

….

Una hora, una hora aproximadamente  le había costado tener a la mayoría de sus fans satisfechas, ellos habían deseado poder dejar una pequeña foto para cada una de sus fans pero el tiempo que su manager les había dado había sido muy limitado, así que con una sonrisa para cada una de las presentes se habían despedido del programa.

El ambiente en aquel coche que les llevaba de nuevo a casa era muy ameno, todos charlaban sobre lo que les había parecido el programa, lo que pensaban hacer una vez llegaran a la casa y lo que iban a hacer el día de mañana.

Era un ambiente que  les permitía a ambos chicos que se miraban discretamente a hacerlo abiertamente sin problemas, ahora tenían de escusa sus platicas para poder verse, porque no estaban solos, habían otros tres chicos más que hacían que se sintieran más confiados en poder verse, en poder hablarse, aunque no es que cuando estuvieran solos no pudieran hacerlo, lo podían hacer, lo habían podido hacer, pero hacia de un tiempo para acá el estar juntos les parecía un poco incomodo, y no era porque no quisieran hablar con el otro, era el hecho de que ahora se sentían más nerviosos al verse, sentían cosas que habían estado guardadas dentro de ellos, que no habían sido consientes de que existían, pero que ahora ahí estaban, instaladas en ellos, instaladas en sus corazones que les hacia sonrojarse, balbucear y actuar torpemente y que solo les hacían huir un poco del otro para que el otro no se diera cuenta de esos sentimientos que el otro sentía.

Pero había alguien que estaba muy calladito el cual solo era sacado de sí mismo cuando los otros le gritaban para que respondiera. Ese era el menor del grupo, uno al cual le brillaban los ojitos, si, por que señoras y señores él estaba ideando un maquiavélico plan

-¡Yo voy a utilizar el baño primero!

Y ese grito fue de nada más y nada menos Changmin que se abría paso entre los otros cuatro para poder entrar a la casa y casi correr por el pasillo que daba al baño. Lo que les indicaba que la hora de tomar su ducha iba a tardar un rato.

Todos se dispersaron a hacer lo que tuvieran que hacer, menos esos dos chicos, esos que no querían dejar de verse, pero que si querían disimular un poco tenían que separarse y comenzar a hacer algo que llenara sus cabezas de otra cosa que no fuera el otro.

Yoochun podía sentir que ese era el momento correcto, había estado tomando valor durante todo el programa, quizá ese era el momento en el que pusiera sus sentimientos en las manos de Junsu y dejara que el hiciera lo que quisiera con ellos, que aunque esperaba una negativa una parte de su ser aun guardaba la esperanza de que Junsu le amara.

-Junsu…

Y aquel chico dio un pequeño salto, el chico no se esperaba que Yoochun le llamara mientras el disimuladamente le miraba mientras “trataba” de encontrar algo en su bolso.

-¿S - Si?

-Hablemos.

***

¿Cuánto tiempo llevaban ahí sentados uno frente al otro en aquella habitación que ambos compartían?, ¿segundos?, ¿minutos?, ninguno de los dos sabia pero para ambos parecían horas.

Desde que Yoochun casi había arrastrado a Junsu a aquella habitación ninguno había dicho nada, solamente se habían visto a la cara durante todo ese tiempo, como si esperaran que el otro entendiera su silencio, que el otro pudiera tomar su silencio e hiciera una buena interpretación de lo que sus mentes y corazones querían decir.

Yoochun respiro profundamente una vez… dos veces. Tomando de nuevo valor, tomando el valor que perdía poco a poco solo por tener a la persona que amaba frente a él.

-Antes que nada, quiero pedirte que no importa como comience a hablar, o si algo de lo que diga no te gusta, solo espera a que yo termine, hasta que la última palabra que tenga que decirte salga de mi boca. Después de que haya dicho lo que tenga que decir, tú puedes decir lo que quieras, yo escuchare atentamente todo lo que tengas que decirme.

Y Junsu solo atino a asentir, Porque ¿Qué más podía hacer?, aunque internamente estaba muriendo de miedo, ¿y si le había descubierto?, si había descubierto que todos los días le observaba, si había sido tan observador y había visto lo que tanto estaba callando… Pero el hilo de pensamientos que estaban volviendo un desastre su cabeza pararon en el mismo momento en que volvió a escuchar a su mejor amigo, su compañero de banda hablar.

-Te amo, te amo quizá no desde la primera vez que te mire, no, no fue así, te comencé a amar desde el momento en que te comencé a tratar, por todo lo que eres tú, por tus chistes malos, por tu risa estridente, por esos ojos caramelo que no puedo dejar de ver, por esa sonrisa, por esos sonrojos que te dan al estar avergonzado, por… dios creo que solamente puedo decir que te amo solamente por ser tu, por ser Junsu, porque eres tu el que está aquí – Yoochun señalo su cabeza – y aquí – y de nuevo volvió a señalar con su mano pero esta vez directo sobre su pecho en el lugar donde estaba su corazón – Tu tienes mi mente, mi corazón y mi alma, todo.

Junsu no podía ver el nerviosismo en Yoochun, no, no podía verlo porque en ese momento para aquel chico de ojos caramelo le parecía irreal, inimaginable como si lo estuviera soñando.

-Tienes todo de mi, y yo se que… Y yo se que yo no puedo forzarte a que tu sientas lo mismo, Porque ¿Cómo vas a sentirlo?, y sé también que solo puedo conformarme con tu cariño ese que me tienes solo porque somos buenos amigos y lo aceptare, lo aceptare como tal y desde este momento no tocaremos más el tema. Pero que nadie diga que no te lo he dicho, porque me gusta saber que lo he dicho que te he dicho lo que siento aun cuando no reciba lo que quiero, lo que deseo lo que todo mi ser desea.

Yoochun paso una de sus manos por su cabello con nerviosismo, desde que había comenzado a hablar no había recibido ni una palabra por parte de aquel chico que solo le sostenía la mirada, no le había hecho parar, no le había gritado, nada, solamente se había quedado ahí sentado mirándole. Quizá tenía que interpretar su silencio como una negativa y eso solamente le causo dolor, uno que comenzó directamente sobre su pecho y se quedo instalado ahí, oprimiéndolo, dejándolo lentamente sin respiración debido al dolor, haciendo que tuviera deseos de llorar, ¿Cómo podía doler tanto?, era insoportable. Tan insoportable que tenía que irse de ahí ahora.

Y quizá fue el shock del momento, quizá fueron las palabras de Yoochun las que le hicieron pensar a aquel chico de ojos caramelo que lo que Yoochun le había dicho era irreal, quizá estaba dormido ahora, quizá había entrado con Yoochun a su habitación y mientras esperaba a que hablara el simplemente se había quedado dormido debido al cansancio, si quizá era eso, porque… ¿Yoochun le amaba?, casi quiso comenzar a reír debido a su sueño, pero el nudo en la garganta pudo más que él y sus ojos comenzaron a picar avisándole que las lagrimas comenzarían a fluir en cualquier momento. Es que todo eso era demasiado perfecto para ser real, era un juego de su imaginación.

Pero cuando el chico que tenia frente a él se levanto alejándose de él quiso aferrarse a aquel sueño, porque era bello, porque era lo que quería porque era lo que tanto deseaba. Y se aferro a él, porque sueño o no, no iba a dejarlo ir, porque él le quería, porque él le amaba.

Junsu apenas pudo alcanzarlo cuando ese chico, ese que era su mejor amigo, ese al que amaba estaba a punto de salir de esa habitación, y juntando todo el valor que tenia lo beso.

Un beso que más que beso fue un roce de labios, un toque que hizo que Junsu descubriera que no era un sueño, que hizo que Yoochun comenzara a creer que era un sueño, uno al que se aferro, uno al que sostuvo de la misma manera en la que sostuvo a ese Junsu que anclaba sus brazos alrededor de Yoochun, aferrándolo a él, uno que sostuvo con sus brazos, esos que rodearon la cintura de Junsu. Y aun cuando Junsu no quiso detener ese roce de labios tuvo que hacerlo, solo para ver el rostro de la persona que amaba, para decir las palabras que siempre había guardado.

-Tú también estas aquí – señalo su cabeza – y aquí – volvió a señalar el chico pero esta vez directo sobre su pecho, sobre su corazón – Tu tienes mi mente, mi corazón y mi alma, tú tienes todo de mi.

Y ninguno dijo más nada, porque mientras sonreían entre medio de su beso, porque mientras lloraban al mismo tiempo que sus labios se fundían probando con parsimonia los labios del otro, no había palabras que pudieran decirse en ese momento, no cuando podían expresarlas con un beso, con un abrazo, con una sonrisa, con esas lagrimas que mojaban sus mejillas. Con eso era suficiente, por ahora.

-¡Hyung!

Y solo el grito de Changmin, ese que entraba abriendo la puerta de golpe asustándoles fue el único responsable de que ellos tuvieran que separarse. Cosa que molesto, si nada más y nada menos que a Yoochun.

-Oh, Oh…

-Changmin…

-¿Qué?, Yo no tengo la culpa de que comiencen a besuquearse sin ponerle el seguro a la puerta, si fueran más cuidadosos no quiero encontrarlos haciendo otras cosas indebidas.

Y sin más el menor del grupo cerró la puerta en sus caras, solo para dar tremendo grito que seguro escucho hasta el señor de la esquina.

-¡Yoochun y Junsu se están besando!

Y después de eso le siguieron dos gritos más, solo para que el silencio solo reinara unos segundos, solo para ser roto cuando Changmin volvió a abrir aquella puerta.

-Esperen, ustedes no pueden besarse o hacer algo hasta que yo ponga mi plan de unirlos en marcha, así que sepárense ahora y hagan como que no saben nada, tienen que … dfasdfasfdf…

Y el chico no pudo decir nada más, porque su dos hyungs restantes llegaron justo a tiempo para detenerlo, callarlo y llevarlo lejos de aquella pareja de chicos que aun abrazados observaban la escena.

-Te amo.

Murmuraron al unisonó, regalándose sonrisas, regalándose un beso más.