Bueno, se que he tenido abandonado el blog y no tiene escusa >.< aunque solo diré que la uni me ha atrapado de nuevo y parece que este semestre no me dejara ir hasta que saque todo lo poco que queda de mi [party hard con café todas las noches] ahora es light y lo aprovechare para escribir todo lo que pueda.
Se que debo capitulo de el chico de la radio, y ya tengo avance así que este fin de semana me pondré a ello y si puedo termino dos cap y se los dejo aquí ^^.
Otra razón por la que tampoco me había comunicado era por este one shot que dejare aquí ^^, la idea surgió y no pude dejarla ir, además de que era especial porque se la estoy dedicando a dos de mis escritoras favoritas de fics Axy y Felina y se los vengo a presentar ^^. Espero les guste ^^.
Titulo: Tú, el primero
Autor: Tani
Pareja: Yoosu
Autor: Tani
Pareja: Yoosu
Genero: Romance - Lemon
Extensión: Oneshot
-Yoochun…
Aquel pelicastaño de ojos
color caramelo en forma de gota solo recibió un pequeño ¿Mmh? Por parte de su
compañero ese que en ese momento tenía la vista perdida en todos aquellos
papeles que estaba revisando junto con él. Toneladas de papeles que tenían que
revista antes de irse a sus casas para poder descansar de aquel día laboral.
-¿Soy feo?
Y todo se quedo en completo
silencio, y la inseguridad comenzó a crecer dentro de él mientras lo segundos
pasaban.
-Ok… Ya se la…
-¿Qué?
El pelinegro levanto la
vista de aquellos papeles para ver desconcertado a aquel chico que se había
quedado con algunas palabras en la boca.
-¿Qué si estoy feo?
Esta vez el pelicastaño
hablo un poco más bajo mientras miraba a aquel chico de intensos ojos negros
que intensamente que tanto amaba – que
amaba en secreto claro está -.
-¿A qué viene esa pregunta?
-¡A nada!, tu solo
contéstame, ¿soy feo?, ¿soy tan poco
atractivo?, ¿hay algo mal en mi?
Aquel hombre pelinegro que
una vez estuvo concentrado en todos esos papeles dejo estos de lado solo para
poner toda su atención en aquel chico que parecía desesperarse cada que los
segundos pasaban. Yoochun se cruzo de brazos apoyándolos sobre los papeles que
descansaban en la mesa.
-Sino me dices a que viene
esto entonces no contestare.
Que tampoco le iba a
contestar todo eso si no sabía porque razón él le preguntaba eso, estaba
cansado de tanto trabajo, cansado de detenerse a sí mismo para esa noche no
saltarle encima y comérselo a besos, como si no fuera suficiente tener que
verlo todos los días y no desearlo, no amarlo aunque bueno como no verlo si
eran amigos, se miraban aun cuando no estuvieran en el trabajo , el era un ser
humano y su autocontrol no daba para tanto, él solo quería ir y besar a ese chico que le miraba pucheroso
porque no le contestaba lo que quería, y
sabía que si contestaba eso que le preguntaba Junsu entonces él iba a contestar
con toda la sinceridad del mundo.
“¿Feo?, ¿es que no te ves todos los días al espejo?, seguro que no lo
haces porque no, no lo eres, ¿poco atractivo?, esa palabra no te describiría a
ti Junsu ah, eres jodidamente sexy y aun cuando no te des cuenta y yo muera de
celos, tienes a medio mundo babeando por ti, y no … no hay nada mal en ti aun
cuando no se a que te refieres con eso.”
Y aun cuando pensó todo
aquello, ni una palabra de aquella masa de palabras salió por su boca.
-Si no me dices, entonces no
podre contestarte.
Quizá esta fue la respuesta
suficiente para que ese inseguro y pucheroso hombre estallara.
-¿¡ENTONCES POR QUE NUNCA HE
TENIDO UN NOVIO!?, TENGO 24 AÑOS, 24 AÑOS YOOCHUN Y NUNCA HE TENIDO UN NOVIO,
¡APENAS DI UN BESO EN PREPARATORIA Y FUE POR ACCIDENTE!, NUNCA TUVE Y NI TENGO
ALGUIEN QUE ME PRETENDA, ¡NI SIQUIERA HE TENIDO AMIGOS CON DERECHO!.
Y eso el pelinegro lo
agradecía, solo imaginar a alguien tocando a Junsu de esa manera y que no fuera
él le provocaba un ardor en el estomago
y unas ganas de golpear a alguien aun cuando no existiera nadie que pudiera
hacer eso con SU Junsu – porque si era SU Junsu aun cuando él no lo supiera-
nadie lo tocaría de esa manera a menos que fuera él. Pero el tampoco se
confesaba para hacer todas esas cosas realidad.
-¡NO SE QUE ESTA MAL EN MI!,
HAY ALGO MAL EN MI Y NI CUENTA ME HABIA DADO, SI ESO DEBE SER ¡ESO DEBE SER!
Y parecía que los gritos de
aquel chico pelicastaño de mejillas sonrojadas por el enojo, a cada segundo que
pasaba eran mucho más altos mientras caminaba de un lado a otro en aquella
pequeña oficina que les mantenía encerrados en aquel edificio.
-¡HASTA TU YA HAS TENIDO
EXPERIENCIA Y YO NO! ASI QUE QUIERO UN NOVIO, ¡AHORA!
Y con ese grito termino todo
su parloteo, seguido de un golpe con su pie contra el suelo y de un adorable
puchero a ojos del pelinegro.
Si Junsu supiera que él no
había tenido un novio porque él se los había corrido a todos, le había corrido
a todos sus pretendientes desde la preparatoria –que fue en ese entonces cuando
ellos se habían conocido y hecho buenos amigos – que él había causado ese
accidente cuando se entero que Junsu no había besado a nadie para que le diera
su primer beso a él, porque si, había sido a él a quien había besado , y que si
no había tenido ni un amigo con derecho era porque también los había asustado a
todos, a todos esos idiotas que solo miraban el cuerpo de Junsu como si solo
fuera una cosa, el no quería eso, el no quería que Junsu fuera tocado, deseado, apreciado y amado por otra
persona que no fuera él.
Quizá era momento de hablar,
callar por tanto tiempo era malo, y el estaba cansado, solo quería que aquel
pelicastaño le amara a él. Así que iba a arriesgarse.
Su corazón golpeaba su pecho
apresurado por los nervios, se sentía como niño de preparatoria confesándosele
a su primer amor aunque en algo si era
correcto, Junsu era su primer amor, aun cuando hubiera tenido unas cuantas
experiencias antes de conocerle, se arrepentía un poco de ello, pero ya no
podía cambiar eso.
Trato de parecer calmado
mientras se paraba de aquel asiento en el que había estado solo para acercarse
a aquel chico que el amaba. Ese que seguía murmurando, bufando y haciendo
pucheros sin parar, sin ser consciente del acercamiento del pelinegro. No fue
consciente de ellos hasta que la distancia comenzó a acortarse, tanto que el
pelicastaño comenzó a retroceder, tanto que el pelinegro invadía su espacio
personal, tanto que termino acorralado contra la pared de aquella oficina.
-Junsu ah…
Su voz se escucho levemente
ronca, y es que no podía contenerla, el no era de piedra y aun cuando amara a
Junsu también lo deseaba y la cercanía le afectaba.
-¿Yoo – Yoochun?
Junsu sentía que su corazón
se le iba a salir por la boca si Yoochun no se alejaba de él en ese momento, lo
quería, lo amaba y la cercanía le mataba, quería acercarse más – si eso era
posible – cortar los milímetros que les separaba y hacer lo que él deseaba,
besarlo, abrazarlo y no como amigos, como algo más.
-¿Así que no tienes
pretendientes?
Esa pregunta solo confundió
al pelicastaño, pero tampoco pudo preguntar mucho cuando el pelinegro estaba
hablando de nuevo.
-Me gustas Junsu ah, eres
muy guapo Junsu ah, ¿te gustaría salir conmigo alguna vez Junsu ah?
Junsu podía sentir sus
mejillas arder y un revoloteo en el estomago, escucharle le emocionaba aun
cuando podía ser o no verdad eso que le decía, no podía luchar contra las
ilusiones.
-¿Así que no has tenido
novio?
Y el pelicastaño no se creyó
lo que siguió después, aun cuando esos ojos negros penetrantes le decían lo
contrario, que hablaba enserio.
-¿Vas a hacer mi novio Junsu
ah?, ¿quieres serlo?
Junsu abrió y cerró la boca
tratando de decir algo, lo había captado, Yoochun estaba haciendo y diciendo
todo de lo que había renegado momentos atrás, y
si recordaba bien todo lo que había dicho entonces cosas mejores venían
ante eso y la expectativa ante lo que iba a ocurrir solo hicieron que su cuerpo
se estremeciera y su mirada bajara directamente a esa boca gruesa, a esos
labios rojos.
-¿Qué más fue lo que habías
dicho Junsu ah?
Yoochun era más que
consciente de aquella mirada caramelo que directamente miraba su boca y el no
perdió el tiempo para ver aquella boca rosada que quería besar.
-El … El beso.
Balbuceo el pelicastaño
mientras alzaba la mirada para encontrarse con aquellos ojos negros.
-El beso.
Una sonrisa lenta, un
acortamiento de distancia y después pares de labios fueron encontrados, Yoochun
apenas le dio tiempo a que Junsu se hiciera a la idea de que estaba siendo
besado cuando sin más mordió aquel labio inferior, ganándose un jadeo y un
acceso directo hacia esa boquita que deseaba explorar, su lengua se introdujo
en aquella boca, probándola, su lengua se encontró con su igual y aun cuando al
comienzo fue torpe Junsu aprendía rápido por que pronto le estaba haciendo
competencia por el dominio de aquel beso que de lento o pausado no tenía nada,
parecía que uno quería saciarse del
otro, tratando de descubrir que su boca sabia mejor de lo que habían llegado a
imaginar durante todo ese tiempo. Uno saqueaba la boca del otro como si no
tuvieran suficiente.
¿Se podía perder poco a poco
la cordura con un solo un beso?, si se les preguntara a ellos la respuesta era
sí. Apenas y separaban sus bocas para tomar un poco de aire y seguir besándose.
La temperatura de sus cuerpos iba aumentando a cada rose de lenguas y labios y
parecía que aun cuando la distancia fuera mínima ellos quisieran estar mucho
más cerca.
Yoochun aferro sus manos a
ambos lados de la cintura de aquel pelicastaño mientras este enroscaba sus
manos alrededor de su cuello, tirando de él mucho más cerca.
-Junsu ah… Junsu ah…
Murmuro el pelinegro contra
aquellos labios.
-Si… Si.
Eso basto y sobro como
respuesta para lo que Yoochun quería preguntar, era lo que ambos querían, era
lo que ambos deseaban.
Las manos de Yoochun se
movieron hábiles por torso del pelicastaño, adentrándose en aquellas capas de
ropa que le impedían tocar aquella piel que deseaba y moría por tocar.
Los primeros suspiros, las
primeras carisias intimas que alguien provocaba en Junsu, sabía que era el
primero, que iba a ser el primero en todo lo que Junsu iba a experimentar y
solo por eso, el deseaba que fueran las mejores que él fuera a experimentar,
aunque sabía que después de esto él se iba a encargar de que fuera el único,
nadie iba a tocarle como lo hacia el ahora, nadie que no fuera él iba a
besarle, nadie iba a escuchar aquellos suspiros que eran amortiguados por su
boca mientras le besaba. Nadie que no fuera él.
Sus manos fueron rápidas
mientras se deshacían de aquellas prendas que cubrían su torso, dejando aquella
piel al descubierto para él, para su boca, y aun cuando le costara soltar esa
boca rosada, lo hizo, solo para saborear aquella piel; besando su cuello ese
que Junsu dejo al descubierto para él, siguiendo un camino de besos ganándose
el primer gemido de Junsu cuando ataco uno de aquellos montoncitos rosados, ese
que tomo entre sus labios, lamiendo, tirando de él.
Junsu estaba perdido, no
podía asimilar otra cosa que no fuera Yoochun, siempre había pensado que la
primera vez que estuviera con alguien seria en algún lugar cómodo y aun cuando
se le pudiera tachar de cursi, pensaba que iba a ser en alguna cosa de esas de ambientes románticos o
algo así, pero estando ahí con Yoochun aquel que quería y amaba, sabía que no
importaba toda aquello, solo él, la persona que quería.
Estaba desnudo, no supo ni
en qué momento había terminado así, había perdido la atención de todo, de todo
lo que no fuera Yoochun.
Las manos del pelinegro se
movían por toda aquella piel que podía tocar ganándose más jadeos y suspiros
por parte de aquel pequeño castaño. Pero quería más, deseaba darle más placer a
aquel chico.
Tiro de Junsu hasta el
escritorio, ese donde antes habían estado trabajando, tiro de aquel pelicastaño
que ya estaba desnudo para él, para su vista, haciendo que lo deseara un poco
más, -como si ya no lo deseara cuando estaba completamente vestido-.
-Sujétate
Susurro Yoochun contra el
odio de aquel pelicastaño, ayudándole el mismo a poner ambas manos de aquel
chico sobre el escritorio y pronto aquel pelinegro desapareció de vista de
aquel pelicastaño ese que había desaparecido porque ahora se encontraba
descendiendo por aquel cuerpo, mordisqueando, besando y lamiendo todo lo que
podía.
-Yoo… Yoo… ¡Yoochun!
Y ese fue el primer grito de
sorpresa por parte del pelicastaño, ese que el pelinegro se gano cuando su boca
se hizo de aquella semi despierta entrepierna. Pero Yoochun quería escuchar más
de aquellos sonidos que la boca de Junsu le podía regalar.
La boca del pelinegro subía
y bajaba por aquel trozo de carne que iba ganando tamaño en su boca, mientras a
sus oídos llegaban esos balbuceos y palabras sin sentido que el pelicastaño
soltaba.
Ahora Yoochun sabía que había
otra cosa que le gustaba de Junsu y era verle, verle como le estaba mirando en
esos momentos mientras su mano se encargaba de masturbarle y su boca se
centraba en la punta de su hombría. ¿Cuál era la cosa que le gustaba?, verlo
sonrojado, aferrándose al escritorio porque aprecia que tenía miedo de caerse,
y el rostro cruzado de placer, placer que él le daba.
-Yoochun… Yoochun ah…
Los leves gemidos con su
nombre que el pelicastaño le regalaba eran música para sus oídos pero también
una tortura, su entrepierna dolía y llamaba por ser atendida.
-Oh, dios… Y-Yo-o voy a…
voy…
Junsu no podía terminar una
oración no cuando Yoochun le trataba de esa manera, su vista estaba nublada por
el placer mientras le observaba atenderle con más ahincó, porque aun cuando no
pudiera hablar coherentemente parecía que sabía lo que iba a suceder.
-¡Yoochun!
Sus brazos y piernas
flanquearon cuando el orgasmo llego a tal punto de que hubiera estado a punto
de caer al suelo si Yoochun no hubiera sido más rápido y le hubiera sostenido
por el trasero y el no hubiera alcanzado a sostenerse por los codos de aquel
escritorio.
Pero Yoochun no le soltó
hasta que tomo hasta la última gota de la escancia del pelicastaño y con un
sonido obsceno de succión le soltó regalándole instantáneamente una sonrisilla
esas de satisfacción al ver al castaño de esa manera, sonrojado, tembloroso,
con la respiración alterada y él siendo consciente de que si no le sostuviera
entonces estaría en el suelo debido al placer que el castaño había sentido.
Junsu se las arreglo para
tirar del cuello de aquella camisa de la cual ni el pelinegro ni él se habían
hecho a cargo de deshacerse de ella haciendo que Yoochun se pusiera de pie para
poder probar aquellos labios que había extrañado en esos momentos, besándole
ávidamente mientras se probaba en los labios del pelinegro.
Aquel orgasmo no había sido
suficiente ni para el pelinegro ni para él, ambos necesitaban más, necesitaban
más del otro.
-Yoochun…
-Si Junsu, voy a hacerte el
amor.
Fue directo, porque sabían
que ambos lo querían, pero ninguno de los dos pensaba que el otro deseaba hacer
el amor, porque no querían llamarlo solo sexo, no, ellos iban a hacer el amor.
Junsu iba a hacer el amor por primera vez con Yoochun.
Y en medio de aquella
burbuja de amor y pasión Junsu trato de deshacerse de aquellas prendas que le
impedían tocar al pelinegro, que impedían al pelinegro que le amara y que se
dejara amar por él. Sus manos temblorosas por los nervios apenas y pudieron con
los primeros botones de aquella camisa, tanto era que Yoochun tuvo que ayudarle
a desvestirse a sí mismo.
Sus ojos no pudieron
quedarse fijos en aquellos ojos negros, aquellos ojos caramelos recorrieron
aquel cuerpo desnudo que estaba frente a él y aun cuando esa persona a la que
miraba le había dado antes todo ese placer, no pudo evitar tragar hondo y
sonrojarse como un tomate, era vergonzoso, estaba nervioso pero aun así lo
deseaba.
-Sera lento Junsu ah, no tienes nada de qué
preocuparte o temer, tratare de hacerlo bien, solo para ti.
No sabían en qué momento
habían terminado sobre el suelo de aquella oficina, ni en qué momento Yoochun
le había dado todo el permiso de tocar y
explorar todo lo que quisiera de su cuerpo aquel chico de ojos caramelo. Ese
que en ese momento se encontraba sobre el sentado sobre su abdomen mientras su
boca exploraba aquella piel, ganándose jadeos y gemidos roncos mientras su boca
besaba y lamia todo a su paso, como si tuviera miedo de perderse algo
importante de probar.
Pero las manos del pelinegro
no se quedaron quietas, exploraron y tantearon toda aquella piel que con el
tiempo se encargaría de conocer hasta el último centímetro.
Y entonces la mano de Junsu
se centro en aquella parte del cuerpo del pelinegro que demandaba por cariños y
atención aun cuando él quisiera ignorarla. Aquel gemido ronco emociono a Junsu
haciendo que subiera y bajara de nuevo su mano de manera lenta por la
entrepierna de Yoochun. Esa mirada oscura que chispeaba en deseo por aquel
pelicastaño, solo le indicaba a Junsu que Yoochun quería devorarlo, en ese
momento mientras gemidos y jadeos roncos escapaban de aquel hombre, quería y
Junsu deseaba que lo hiciera y Yoochun podía notarlo.
Ambos rodaron sobre el suelo
y en un parpadeo Yoochun estaba sobre aquel pelicastaño, tomando aquella boca
rosada mientras todo su cuerpo se frotaba contra el ajeno consiguiendo más
suspiros y jadeos que eran acallados por su boca.
-Te deseo ahora, te necesito
ahora.
Apenas y pudo decir Yoochun
entre besos porque no, no quería despegarse de aquella boca adictiva.
-Hazlo, hazme el amor ahora
Yoochun, se el primero.
-El último y el único.
Agrego el pelinegro antes de
llevar una de sus manos hacia la boca del pelicastaño esa que tomo tres de sus
dedos rápidamente y comenzó a lamer y succionar llenándolos de su saliva.
Yoochun se pudo preguntar si
ese simple gesto podía excitarlo y la respuesta era sí, porque la simple forma
en que le miraba mientras lo hacía, solo le hacía imaginar que otra parte de su
anatomía era atendida de esa manera, y todavía Junsu se preguntaba si era feo o
había algo mal en el. Lo que estaba mal es que él no se mirara para que viera
lo deseable que era.
-Suficiente.
Murmuro Yoochun con la voz
ronca mientras apartaba aquellos dedos de la boca de Junsu ganándose una leve
sonrisita que le indico a Yoochun que su chico era consciente de los estragos
que había causado en el con un simple gesto
-Esto va a doler un poco
baby pero lo hare despacio.
Junsu solo asintió mientras
sentía como aquellos largos dedos de aquel hombre tanteaban aquella parte
intima de su cuerpo, la sensación era extraña pero aun así lo deseaba, deseaba
a Yoochun, deseaba ser parte de Yoochun, ser uno con él.
La incomodidad se mostró en
el rostro de Junsu cuando el primero de aquellos largos dedos comenzó con su
exploración, pero pronto Yoochun estaba ahí mimandole, besándole en la boca
diciéndole que pronto pasaría mientras sus otros dos dedos seguían a aquel
primero, la incomodidad seguía a cada uno de ellos, pero con aquellas palabras,
aquellos besos y también la mano de Yoochun que también se había unido a los
mimos tocando la entrepierna del castaño hicieron que la incomodidad quedara a
segundo plato y que aquellos tres dedos entraran y salieran por aquel estrecho
pasaje, ese en el que Yoochun se moría por adentrarse.
-Te necesito ahora
Yoochunnie
Murmuro el castaño contra
los labios del pelinegro mientras inconscientemente movía sus caderas contra
aquellos dedos, aquellos que abandonaron rápidamente aquella entrada.
Yoochun se acomodo sobre
aquellas piernas esas que pronto se enroscaron a el.
¿Se podía estar nervioso aun
cuando tu lastimosamente has tenido experiencias previas antes de poder estar
con la persona que amas?, la respuesta era si, por que Yoochun aun cuando Junsu
no pudiera notarlo estaba nervioso en ese momento, de no hacerlo bien, de
dañarle. Aunque parecía que Junsu si podía notarlo porque regalándole una
sonrisa le beso, mientras con sus piernas trataba de jalarlo hacia él, para que
entrara en el.
Los besos no faltaron
mientras Yoochun se adentraba en aquel caliente y estrecho pasaje, mientras su
mano masturbaba la entrepierna del pelicastaño distrayéndole, dándole placer
para que sustituyera aquella incomodidad que ahora sentía. Las caricias no se
detuvieron hasta que fue el mismo pelicastaño que movió su cadera indicándole que estaba listo para que
comenzara, para que le hiciera suyo, pero Yoochun tenía otros planes.
El mundo giro solo un
momento para Junsu y cuando menos lo pensó ahora era él el que se encontraba
arriba de aquel hombre que le miraba con todo ese amor que solo un siego no
miraría.
-Móntame Junsu ah, hazme el
amor. Sé el primero.
Las mejillas de Junsu se
tornaron de un tono levemente rosa mientras le miraba, y mientas lo hacía, aun
titubeando un poco lo hizo, apoyando sus manos en el pecho del pelinegro comenzó
a moverse. Los primeros jadeos y leves gemidos escaparon de ambos mientras
Junsu se tomaba todo el tiempo del mundo, moviéndose de manera lenta, de manera
lenta, torturosa y placentera. Pero pronto aquellos movimientos fueron ganando
ritmo, uno que poco a poco se volvía frenético y casi desesperado.
Las manos del pelinegro se
aferraron a aquellos glúteos redondos y perfectos siendo ahora participe de
todo ese placer, tomándolo, ayudándole a
alzarse para poder encontrarlo en cada subida y bajada que el castaño hacía,
embistiendo contra aquel estrecho lugar que solo mandaba corrientes eléctricas
por todos su cuerpo.
Junsu quería lloriquear por
todo aquel placer que estaba sintiendo en ese momento, todas esas corrientes
eléctricas que se instalaban en su bajo vientre mientras rebotaba contra el
cuerpo de la persona que amaba, mientras sus miradas se encontraban ancladas
mostrándole al otro que no, que todo ese placer no era solo sexo, que era más
que amor, que se amaban demasiado que estaban haciendo el amor, por primera
vez.
-¡Yoochun!
El castaño gimoteo cuando
aquel pelinegro llego a tocar cierta parte del interior de su cuerpo enviando
más corrientes eléctricas por todo su cuerpo, ganando como resultado una
sonrisita por parte de aquel pelinegro.
-¿Si, Junsu ah?, ¿te ha
gustado ahí?, ¿lo hago de nuevo?
-Si, si, ¡si!.
Lloriqueo el castaño que
pronto recibió lo que quería.
La temperatura subía a cada
segundo que pasaba mientras aquellos cuerpos se revolvían en corrientes de
placer, corrientes que eran peldaños que los estaban llevando al mismísimo
cielo, uno que iban a conocer juntos.
Yoochun sabía que Junsu estaba cerca al sentir como aquella estrecha
entrada comenzaba a apresarlo a cada momento y mientras le soltaba lo
suficiente una de sus manos viajo a la entrepierna del castaño, tomando su entrepierna,
acariciándola de arriba abajo haciendo la llegada del castaño al cielo mucho
más rápida.
El gemido de placer de Junsu
hizo eco en aquella oficina, mientras su esencia manchaba la mano del
pelinegro, parte de su torso y el del pelinegro y las paredes de su entrada
oprimían la entrepierna del pelinegro llevándolo al cielo también después de
unas cuantas embestidas más.
Sus respiraciones fueron lo
único que se escucharon después de aquello, las manos del pelinegro se
aferraron a aquella estrecha cintura de aquel chico que ahora descansaba
recostado sobre él. Podía sentir la respiración de Junsu sobre su cuello
mientras al igual que el trataba de llevar aire a sus pulmones mientras sus
corazones martillaban desesperados contra sus pechos.
Y Yoochun supo que ese era
el momento para decir aquello que salió de su boca.
-Te amo Junsu ah.
El silencio reino sobre
ellos después de aquellas palabras, dejando un poco nervioso a aquel pelinegro
que había confesado su amor a su amigo. Pero pronto un beso fue dejado en su
cuello antes de que se encontrara con aquellos ojos caramelo que el amaba.
-Y yo a ti Yoochun ah.
Y después de el … numero de
aquel beso ya ni lo sabían fue dado, Yoochun rodo de nuevo para salir
lentamente de aquel lugar del cual ya no tenía ganas de salir dejando a Junsu
un poco desconcertado, pero bueno después de hacer el amor, tenía muchos
planes.
-Tenemos que movernos baby,
mi departamento quiere conocerte por primera vez desnudo, y mi cama desea
abrigarte por primera vez y…
El pelinegro se acerco al
oído de aquel castaño que poco a poco ganaba una tonalidad roja sobre sus
mejillas.
-Y quiero ser ahora yo el
que te haga el amor.
Murmuro con voz ronca contra
el oído del castaño, ganándose un sonrojo y un hombre sin palabras mientras el
pelinegro se encargaba por si mismo de vestirlos a los dos, para ser el primero
en la vida de su amor. De Junsu ah
FIN
xDDDDDDDD! mori!! yoochun mode gangster!! tan celoso! espantando a los babosos!! LOL!
ResponderEliminar...pobre junsu!no se daba cuenta de lo sexy q es D':! y q yoochun lo amaba en secreto igual k el :'C
asjyggadfhkdfjs *^* pero todo salio lindo!!.////////////////.
ES UN BELLO ONESHOT U////////////U~~ ♥
...no te preocupes los estudios son primero~~se entiende :'3 ...esperare ansiosa la conti de el chico de la radio~~ *^*~♥♥
HASGDSDHGSFGSFGDGHSJAHDJHSHJDHASJHAJHDGF Lo he leido de nuevo xD ♥♥♥♥♥♥♥ Creo que nunca me cansaré de esto♥♥ *Tiene guardado el archivito que le regalaste en su carpetita especial de YooSu precioso* ♥ jahsgjahgsfjhsgfjhsd Amo que Junsu sea un manojo de nervios y sonrojos♥ Es un amor♥ Bien allí que le estaba mandando la indirecta bien directa de que quería que Chun fuera SU novio xDD ♥♥ Me iba derritiendo mientras leia~ ♥♥ Y Park Yoochun siempre todo una fiera salvaje esperando el momento perfecto para atacar al delfín con besos, abrazos, frases y palabras que sabe van a trastocar los sentidos enamorados de su pequeño amado♥ Son un par de hermosos~ ;w;
ResponderEliminarTe lo dije ya y te lo repito ahora: Me ha encantado, lo he amado muchisimo♥ Muchísimas gracias por la dedicatoria y por escribir algo tan lindo y hermosamente romántico♥ He sentido como flotaba en una nube de amor♥♥♥
Te quiero Taniii♥♥
ESPERO QUE SIGAS CON EL YOOSU WOW AMO COMO ESCRIBES SIGUE POR FAVOR QUIERO MAS YOOSU.
ResponderEliminarAME a ese Junsu todo desesperadito queriendo saber xq "nadie" se fijaba en él cuando había un espanta tiburones q tenia como amigo y q lo quería TODO d él pero d no ser x ese arranque d frustración y desesperación d Junsu, Yoochun no se hubiera dado el valor para hacer lo q hizo *^*
ResponderEliminarQ rápido aprendió Junsu o.o y es q estos dos son unos salvajillos amorosos necesitados el uno del otro <3 <3
Gracias fue Hermoso~~~
Adoro el Yoosu y siempre quiero Más^^