Se mi Umma, Se mi Amor [Parte2]

Hello!, ñ_ñ en primera tengo que decir muchas muchas gracias, de verdad esto me emociona mucho, ver los comentarios de que les ha gustado esta historia me hace muy feliz y de verdad que me anima a seguir escribiendo >_<

Les agradezco mucho que pasen por aquí y bueno para no hacerles más largo todo aquí la segunda parte de este pequeño fic ^^

***

-¿Por qué no apareciste aquel día?

La pregunta del pelinegro rompió por fin aquel silencio, pero solo para confundir a aquel pelirrubio que en ese momento le había estado viendo furtivamente.

-¿Qué?

-Aquel día que te pedí que nos viéramos yo tenia que decirte algo y tu nunca apareciste.

-¿De que hablas?

El pelirrubio no podía entender de que hablaba, ni siquiera tenia una idea vaga o algo que le ayudara a entender.

-Aquel día…

*Flash Back*

-¡No lo voy a hacer!

El grito del pelinegro se escucho en todos los rincones que de aquella casa.

-¡Lo vas a hacer quieras o no Park Yoochun!

El grito de un hombre mayor hizo competencia al grito del más joven.

Las puertas del estudio permanecían cerradas para todos los sirvientes y personal que vivía en aquel lugar pero aun asó no necesitaban puertas cerradas con miles de candados para enterarse de lo que pasaba al otro lado de la puerta.

Una nueva pelea entre el Sr.Park y su hijo, una que ahora si era importante, nada que ver con las peleas por que llegara tarde de sus fiestas, porque fuera mal en la universidad nada, nada de eso. Eso era importante porque tenia que ver con la felicidad del más joven.

-¿Qué no vez que esto es por el bien tuyo y mio, de nuestra familia?

El hombre trato de calmarse mientras se acomodaba mejor en aquella silla que descansaba al otro lado del gran escritorio que le separaba de su hijo, uno que le miraba enfurecido.

-¿Y a mi que me importa tener un cero más en mi cuenta bancaria?, mi felicidad no vale un cero más en un cheque, ¡Maldita sea!

Espeto el pelinegro mientras miraba con odio a aquel hombre que era su padre, él amaba a su padre, de verdad que lo quería, era la única persona que tenia en el mundo luego de que su madre falleciera, él le había cuidado, le había amado y sabia  que tenia que hacerle caso cuando cometía algún error, pero en eso no iba a hacerlo, era su felicidad, era su vida, ¡Y él no se iba a atar a nadie a quien no amaba solo por tener un poco más de dinero en su bolsillo!. Él ya amaba a alguien y aun cuando ese otro no lo supiera, no iba a pasar de ese día que no lo supiera, iba a revelar sus sentimientos hacia esa persona.

-¡Cuida esa boca jovencito! Y esta dicho te casaras con la hija de mi socio quieras o no. ¿Qué no entiendes que aun vives bajo mi techo?¿bajo mi cuidado?, tienes que hacer lo que yo quiera.

Y eso fue suficiente para el pelinegro, no quería seguir escuchando a aquel hombre y que el poco amor que le tenia se esfumara cada vez que abría la boca.

-Pues prefiero vivir en la calle antes de hacer lo que tu quieras.

Y con eso dejo a aquel hombre, uno que comenzaba a gritar para que se detuviera, uno que ignoro mientras escribía aquel mensaje a la persona que amaba, pidiéndole que se encontraran, sin ningún otro detalle. No sabia como iba a reaccionar pero a el solo le importaba ser feliz, pero ¿y si esa persona no le amaba? ¿Y si no le amaba y no escapaba con el?, porque si ese era el plan del pelinegro, declarársele y pedirle que se fuera con el, ¿el lugar?, no lo sabia, ¿Cómo?, tampoco lo sabia, pero su felicidad no la iba a dejar, no importaba que no le amara – bueno eso era una vil mentira, si que le importaba que le amara – pero si lo convencía a ir con el entonces quizá… quizá podría enamorarse de el.

Yoochun sabia que se estaba aferrando a cosas que eran tan efímeras como los sueños y que no podía forzarlo, no podía forzar a Junsu a que le amara.

Porque amaba a su mejor amigo, a su casi hermano, amaba a ese hombre llamado Kim Junsu.

-Y tú nunca apareciste, te espere por horas…

El pelinegro soltó una risita irónica mientras sonreía de lado.

-Pero que podía esperar, quizá tu ya lo intuías en mi mensaje y pensaste que era mejor así, ¿para que me hacia ilusiones verdad?

Junsu no podía creer lo que su amigo le había contado, no se lo podía creer y más porque él no había recibido nada, bueno quizá era por que su teléfono ese día se había estropeado, porque si se podía imaginar que día era, ¿Por qué lo podía saber?, por que al día siguiente él le había contado que iba a comprometerse, y lo había dicho tan feliz como si eso de verdad le gustara, como si un matrimonio arreglado fuera de su agrado, rompiéndole el corazón. Pero lo que más le sorprendió fue escuchar eso último. ¿Yoochun le amaba? ¿Le había amado?

-¿Qué?

Y esta vez el pelirrubio no pregunto aquello porque estuviera confundido por lo que le dijera, más bien sorprendido al escuchar aquellas palabras de la boca de aquel hombre, del hombre que él amaba, del hombre que le amo, del hombre que posiblemente le amaba. ¡Maldita sea! 

¡Había tenido la oportunidad de estar con el!

-Y todavía apareciste al día siguiente con toda la normalidad del mundo, pero yo debía entender aquello, era tu manera de decirme que solo querías ser mi amigo, ¡por dios!, hasta sonreíste el día de mi boda, tan contento, tan feliz… Aunque hay una cosa que no entiendo... ¿Por qué te alejaste de mi?¿Por qué lo hiciste?, casi me hacías creer que de verdad te dolía que yo estuviera comprometido, que me fuera  a casar. Yo iba a pedírtelo de nuevo…

El pelinegro volvió a reír de nuevo irónicamente.

-¿Pero que iba a ganar con eso?, otro rechazo que mi corazón no iba a poder soportar, no viniendo de ti.

Prefería ser golpeado hasta la muerte antes de escuchar un rechazo por parte de Junsu.

-Tú tenías la última palabra, la tenías y si hubieras dicho algo por mínimo que fuera, yo hubiera dejado todo, todo solo para estar contigo, ser feliz contigo y que ella fuera feliz con alguien que si la amara…

-¿Entonces ya no la tengo?

Pregunto el pelirrubio, si ya no la tenia entonces quería decir que ya no le amaba en lo más mínimo, ¿Pero como iba a amarle todavía si había vivido tan feliz con ella?,  quizá el enamoramiento del pelinegro había sido pasajero, y no había sido tan idiota como el que todavía seguía aferrado a ese amor de adolescentes, a un amor que el otro no sentía. Que había dejado de sentir.

-Aun la tienes

Dijo con firmeza el pelinegro, a sabiendas que no iba a recibir nada como respuesta, no iba a recibir la respuesta que su corazón tanto deseaba, pero eso no importaba él le amaba aun quizá igual o mucho más de lo que ya le amaba años atrás.

Porque aun cuando había intentado con todas sus fuerzas de hacer su vida con ella las cosas no habían funcionado, ellos nunca fueron felices, ellos nunca fueron una pareja normal, siempre peleando, y aun cuando los dos habían pensando – de manera errónea – que un hijo les iba a unir no fue así, o quizá no tuvieron el tiempo para saberlo, pero para él estuvo más que claro porque el día que volvió a ver a Junsu parado detrás de la puerta de su casa a los días del fallecimiento de su esposa saludándole apenas con una sonrisa en su boca como si estuviera apenado por estar allí, supo que su amor por el – uno que no olvidaba aun cuando estuviera con su mujer – no había desaparecido en lo más mínimo.

El silencio se apodero de nuevo de aquella habitación una que rompía lentamente toda ilusión de aquel pelinegro, el cual se consolaba al decirse a si mismo que al menos había dicho lo que años atrás había callado, lo que años atrás había deseado decir.

Ahora todo estaba en las manos de aquel pelirrubio, la ultima decisión de que todo terminara de una buena vez, porque aunque le doliera el pelinegro necesitaba escuchar un no te amo por parte de aquel pelirrubio.

Un no te amo que pudiera ayudarle a desengancharse de ese amor que llevaba años sintiendo por el aunque había  algo que le decía que no iba a ser así, porque en esos años no había funcionado ¿verdad?

-Te amo Park Yoochun

Y el pelirrubio por fin pudo decir aquellas palabras que durante muchos, muchos años había guardado su corazón, uno que desde adolescente latía por el hombre pelinegro que tenia frente a él, uno que se sentía mucho más ligero al decir aquellas palabras, uno que latía rápidamente contra su pecho esperando por alguna respuesta del pelinegro, uno que al igual que Junsu momento atrás quedo sorprendido al escuchar aquellas palabras.

¿Le creería o no le creería?, dios quería acercarse, abrazarlo decir algo más que fuera convincente, pero sabia que lo que decía era convincente, lo decía su corazón, no eran palabras que el estuviera inventando, su corazón las sentía, las sentía desde hace mucho tiempo.

-Saben… yo no diré nada si quieren darse un beso ahora.

La voz de  aquel niño hizo que ambos miraran hacia la puerta, solo par ver a aquel niño que les había unido, y que les había encerrado en aquel lugar, les miraba sonrientemente.

-¡Ups!, creo que  me voy.

Y de nuevo cerro aquella puerta, una que les había dejado cautivos de nuevo en aquel lugar.

No supieron quien fue el que rompió primero la distancia, pero no importo no cuando se tenían el uno al otro fundido en un abrazo, no cuando sus bocas se unieron y compartieron aquel beso que quizá se hubieran podido dar años atrás cuando por un teléfono dañado y palabras no dicha de nuevo no pudieron ser felices.

Solo pudieron separarse para tomar un poco de aire, solo pudieron separarse para regalarse sonrisas enamoradas y mirarse a los ojos.

Los brazos del pelinegro se anclaron con firmeza en la cintura del pelirrubio como si tuviera miedo de que este desapareciera, las manos del pelirrubio acariciaban las mejillas del pelinegro como si todavía no pudiera creerse que estuviera ahí con el.

-¿Vas a ser la Umma de Choi?... ¿Vas a ser mi amor?

Pregunto por fin el pelinegro solo para ver como un pelirrubio comenzaba a sonrojarse frente a sus ojos.

-¿Yo? ¿Umma?

Y Yoochun asintió, sin cambiar de parecer en lo que había dicho. El pelirrubio comenzó a negar con la cabeza causando confusión en el pelinegro.

-¿No quieres?

-No, no es eso.

Junsu se apresuró a hablar antes de que sacara alguna conclusión errónea.

-Es solo que… es un nombre para una mujer.

Y escuchar eso solo hizo que el pelinegro riera un poco.

-Serás una Umma muy guapo.

El pelinegro subió y bajo ambas cejas sonriendo ampliamente solo pare recibir un golpe en el brazo por parte del pelirrubio.

-Tonto.

Murmuro el pelinegro mientras acomodaba su cabeza en el hombro del pelinegro. Un suspiro escapo de su boca… y como detenerlo si se sentía tan bien estando ahí.

-Entonces lo serás ¿o no?

La voz del pelinegro llego a sus oídos y el solo dijo lo que de verdad quería.

-Si…

Y el grito que se escucho después no fue de ninguno de los dos, si no de aquel niño de cinco años que esperaba atentamente por el momento en el que su nueva Umma aceptara serlo.

-¡SI!

El pequeño corrió alrededor de ambos adultos causando risas a estos, antes de engancharse tal koala a la pierna del pelirrubio.

-¡Vas a ser mi Umma, mi Umma!, ¡mio!

Y ese pequeño de cinco años le robo completamente la atención del pelirrubio al pelinegro causando los primeros celos en la familia.

-No es cierto es mio.

Yoochun comenzó a tirar de Junsu por la cintura, mientras el pequeño Choi comenzaba a tirar de la pierna del mayor.

-¡No! ¡Es mio!, ¿verdad que si Umma?

-¿Verdad que no amor?

Y Junsu creyó que ese era el comienzo de lo que iba a ser su locura para atender a esas dos personas que él amaba, pero bueno no se arrepentía de ser la Umma y el amor de ambos