De verdad fui muy feliz mientras escribía este one shot con Axy , me divertí mucho mientras rodaba de amor entre corazones, delfines rosados y ratones azules, de verdad le doy las gracias por haberme elegido para escribir algo tan bonito como esto, pero bueno cuando se trata de Yoosu todo es bello y hermoso ♥ , espero le guste a todos y que puedan darle un poco de amor.
Muchas gracias por leer ^^
Titulo: Locked in the dark
Autores: Axy &
Tani
Pareja: Yoosu
Género: Romance,
lemon (+18)
Extensión: One shot
-¡Hyung!
¿¡Tenemos que seguir moviendo todas estas cajas!?-
Una
queja y un ceño fruncido fue la cereza en el pastel de la paciencia de todos
los allí presentes. Cuatro de los cinco chicos fueron a parar desparramados en
el suelo por culpa del cansancio y el esfuerzo físico.
-¡Llevamos
3 horas levantando y moviendo muebles y cajas!- el morocho, y menor de los 5,
continuó con sus quejas, frotando uno de sus brazos para aliviar la tensión
muscular.
-Siento
que moriré~- dramatizó el pelirrojo, echado completamente en el suelo con
brazos y piernas estiradas, ajeno a esa mirada oscura e intensa que se paseaba
por su persona.
-¡Todos
ustedes son unos vagos!- la voz de Jaejoong respondió las quejas entonces, se
había mantenido de pie observando a sus amigos, con ambas manos en la cadera en
pura señal de reproche – ¡Dijeron que iban a ayudar!-
-¡Pero
nunca dijiste que teníamos que hacer todo esto! – Se quejo el menor de los 5
mientras trataba de calmar un poco el dolor de sus brazos – ¡Además me
engañaste!, ¿¡Dónde está mi comida!? – Que ninguno en ese lugar estaba porque
quisiera, uno estaba ahí por engaños y comida, otro porque era eso o se quedaba
sin besitos ni abrazos ni nada de nada por al menos un mes o hasta más si es
que a su novio se le apetecía torturarlo un poco más, y los otros dos chicos…
Bueno ellos estaban ahí solo con la escusa de verse. Si ese pelirrojo y
pelinegro solo se torturaban cargando y moviendo cosas por verse un poco, aun
cuando fuera a escondidas y desde lejos.
-¡Pues
si no se quedan tirados y no me ayudan, no les daré nada!, y estoy hablando en
serio – Y aun cuando ninguno viera la cada del mayor sabían que tenía el ceño
fruncido, los ojos entrecerrados y en su cara un claro: O me ayudan o no
comida, no besos y nada de nada. Fin.
Un
quejido colectivo se escucho en el lugar y mientras unos trataban de pararse
otros como el pelirrojo permanecían tirados en el suelo con un brazo estirado
esperando a que un alma buena y bondadosa le ayudara a moverse.
-¡Muévete
Junsu!- Yunho pasó a su lado, apenas chocando su mano con la del menor, sin un ápice
de ganas de ayudarle. El gesto del pelirrojo se acomodó en un puchero
frustrado, y con los labios en trompa renegó un poco más.
-Ayúdame
Hyuuuuung~- pidió moviendo la manita insistentemente, sin obtener respuesta
alguna.
-Aish~
Tan infantil- se rió el moreno, tomando entre sus brazos más cajas que andaban
desperdigadas en el suelo –Yoochun, ayuda a Junsu- rió dándole una mirada fugaz
al sorprendido pelinegro, antes de voltear y burlarse de la ‘maldad’ que había
hecho a propósito.
Junsu
se había quedado pasmado, aún con la mano en el aire, pensando mil y un veces
en que hacer… ¿quedarse allí y esperar a que Yoochun tome su mano? ¿O
levantarse y huir para no parecer un semáforo en rojo al sentir el tacto del mayor?
Cabe
resaltar que el pelinegro ya se había sonrojado tenuemente y sin darse cuenta
había limpiado su mano en esos jeans decolorados, como preparándose para tomar
ajena.
Yoochun
no sabía qué hacer ahora, pero algo si tenía claro, matar a Yunho Hyung. A ese
que se tomo su tiempo de matar con la mirada mientras él poco a poco entraba en
pánico, ¿Qué hacer?, correr ¿o no?, he ahí su dilema uno que le estaba tomando
minutos o quizá segundos mientras todos seguían con lo suyo y aquel pelirrojo
que continuaba tirado ahora con su mano un poco menos estirada, seguro por el
cansancio.
Lo
que el pelinegro no podía ver era los nervios y el sonrojo de aquel pelirrojo,
ese que estaba igual o peor que el. Respiro varias veces mientras se debatía en
qué hacer.
-
¡Vamos!, ¡No tenemos su tiempo! - Y ese fue el menor que ahora se movía mucho
más rápidamente motivado por el deseo de tener su recompensa lo antes posible y
un poco por seguir aquella ‘maldad’ que el moreno había comenzado, la cual fue
mostrada cuando Changmin empujo a aquel pelinegro, ese que casi termina cayendo
sobre aquel pelirrojo si no era porque se había detenido a sí mismo.
Un
par de ojos negros y unos color caramelo se encontraron y aun sin contacto
alguno las mejillas de Junsu comenzaron a tomar una tonalidad más roja, al
igual que su corazón comenzó a palpitar rápidamente contra su pecho debido a
los nervios.
-N...o,
No tienes que ayudarme y... a… ¡ya me paro yo solo!
Pero
antes de que Junsu bajara su mano o se parara el pelinegro fue mucho más rápido
y tomo aquella mano, esa que debido a los nervios terminó tirando con demasiada
fuerza.
El
pelirrojo chocó de lleno contra el pecho de Yoochun, siendo atrapado por la
cintura para no caer en el tambaleo de ambos cuerpos.
Junsu
apenas alzó la mirada, con el rostro sonrojado como una rosa en primavera, para
topar sus iris acarameladas en aquella mirada profunda como el universo a escasos
centímetros de su rostro.
-L-lo
siento- balbuceó el mayor demasiado nervioso como para no tartamudear, soltando
la delgada y abrazable cintura del pelirrojo, sin despegar sus ojos de aquel
hermoso tono rosado que se había apoderado desde su cuello hasta la raíz de su
cabello.
-N-no,
esta b-bien- se soltó con prisas, sonriendo nervioso antes de voltear para
‘huir’. Con el corazón taladrándole en el pecho y un millón de mariposas
revoloteándole en el estómago.
-Par
de tontos enamorados- murmuró entre risas Jaejoong, que había presenciado toda
la escena – ¿Debería hacer algo al respecto?- habla para sí entre sus
pensamientos y va en busca de su novio para armar algún plan.
El
plan era simple y sencillo y desde el punto de vista de Jaejoong nada podía
salir mal, a menos claro que sus dos cómplices de ese maravilloso plan, esos
que se estaban quejando ya, hicieran todo lo contrario a lo que había planeado.
-¿¡Pero
por qué yo!? – Y Changmin fue el primero en quejarse de los dos, aunque bueno
Yunho tampoco estaba muy de acuerdo en eso de empujar, presionar y todas esas
cosas para que sus amigos dieran el siguiente paso. Que el sabia de primera
mano lo que se sentía ser al que le daban un ‘empujoncito’ para actuar. Pero
bueno si no hubiera recibido esa ayuda ahora no estaría con su Boo, y dado que
ese que le había ayudado ahora necesitaba ser ayudado – y hablaba del pelinegro
– entonces tenía que hacerlo.
-
Boo ¿estás seguro? – Y solo recibió un si por parte de su novio seguido de
aquella mirada que solo significaba que no iba a cambiar de opinión. Soltando
un suspiro el moreno miro al menor ese que todavía seguía quejándose. – Tenemos
que hacerlo Minnie- Y aun cuando el morocho hiciera pataletas, renegara y
amenazara con echar a perder aquel plan, fue movido por los otros dos, a base
de amenazas también para poner en marcha aquel plan.
Junsu
estaba nervioso, y cómo no estarlo si después de aquel pequeño accidente ahora
no podía estar cerca de Yoochun y no sonrojarse como un tomate, bueno más de lo
normal de lo que ya lo hacía.
¿Pero
dónde estaban los demás chicos?, ¿¡Por qué ahora los dejaban tanto tiempo
solos!? ¿¡Por qué no se apiadaban de él!?
-¡Vamos,
vamos! ¡Más rápido! – y ese fue Jaejoong rompiendo el silencio en que el que se
habían instalado desde hace un buen rato aquellos dos chicos. – Minnie necesito
que tomes esta caja y la lleves a la última oficina – Y los berrinches del menor
no se hicieron esperar pero aun así hizo lo que el mayor pedía.
-Ten
un poco de cuidado está un poco pesada ¿ok? – Advirtió el moreno mientras le
pasaba la caja al menor – Si, si, tener cuidado – Pero aun así el menor no le
tomo importancia tirando de aquella caja con demasiada fuerza, con la fuerza
suficiente para terminar contra el suelo, soltando un grito debido al golpe.
-¡Changminnie!
– Y ese fue Jaejoong corriendo hacia el menor para tratar de ayudarlo.
-¡¡Te
digo que tengas cuidado y nunca escuchas!!- renegó Yunho, también acercándose
para ayudar al susodicho –Demonios, te está sangrando la nariz- habló entre
quejas el moreno, levantándose para ir por algodón a uno de los baños.
-Yoochun,
Junsu- el mayor de los cinco habló con seriedad, sacándoles de golpe de su
burbuja de pensamientos –ustedes háganse cargo de estas dos últimas cajas por
favor- pidió señalando con el dedo índice las cajas pesadas que hacían falta,
una de ellas había sido la causante del accidente de Changmin.
-Pero
Hyung…- balbuceó el pelirrojo, mirando preocupado al más pequeño a la misma
vez.
-¡Sean
de ayuda por favor! ¡No voy a dejar a mi bebé aquí!- pidió Jaejoong una vez
más, teniendo que callar nada sutilmente al morocho cuando comenzó a renegar
por haberle llamado ‘bebé’.
Yoochun
apenas miró a Junsu de soslayo, antes de señalarle una de las cajas y el tomar
la otra entre sus brazos.
-¿Cuál
es la oficina Hyung?- preguntó el pelinegro, acomodándose mejor para mantener
el equilibrio.
-Al
fondo del pasillo, es una oficina pequeña a la derecha luego de la puerta del
baño- indicó rápidamente, devolviendo su atención al menor para poder seguir el
plan a la perfección.
Y
sin decir nada aquellos dos chicos casi corrieron hacia ese pequeño lugar,
tratando de mantenerse lo más lejos posible uno del otro.
No
pasaron ni 5 segundos cuando aquel moreno que había ido por el algodón apareció
de nuevo con la ayuda para el morocho, ese que aun quejándose no hacia lo que
Jaejoong le pedía.
-
¡Mantén la cabeza un poco hacia arriba, que seguirá sangrando! – Y aun cuando
el menor estuviera lastimado Jaejoong le dio un golpe en el brazo cuando trato
de hacer lo contrario de lo que le pedía.
-¿Y
ahora que sigue? – Pregunto Yunho mientras le pasaba el algodón a su novio, ese
que rápidamente se puso a atender a Changmin.
-El
segundo paso del plan, correr y cerrar la puerta de esa oficina. – Eso era lo
más importante del plan, y tenía que ir hacerse rápidamente antes de que
aquellos dos regresaran.
-
¡Anda!, ¡corre!, ¡cierra esa puerta que no me estoy desangrando para nada! –
Changmin grito al moreno ganándose una mala mirada de este y un golpe de Jaejoong.
-
¡Más respeto!, ¡esa no es la manera de llamarle a tu padre! – Y Yunho no pudo
seguir escuchando la discusión de su novio y su ´hijo’ porque tuvo que ir
cautelosamente a cerrar aquella puerta.
-
¿Y dónde vamos a poner esto?- el lugar de por si era pequeño, pero ahora con
todos esos muebles y cajas el lugar se reducía en espacio y las cajas eran muy
pesadas terminarían aplastando cosas importantes si las apilaban sobre otras.
-
Solo déjalas por ahí, Jae hyung no pidió un lugar especifico- El pelinegro
respondió manteniendo el menor contacto con aquel pelirrojo que se movía por
aquel pequeño espacio tratando de buscar un lugar. Pero el lugar era demasiado
pequeño así que el chocar sin querer fue inevitable. Ambos chicos se miraron y
nerviosamente comenzaron a reír, eso era realmente incomodo, de verdad que lo
era.
El
sonido de la puerta al ser cerrada fuertemente hizo que el pelirrojo soltara un
pequeño grito debido al susto.
-Estúpida
puerta – Yoochun gruño después de aquel susto; él también se había asustado
pero no lo había mostrado como el pelirrojo, ese que medio sonrojado después de
la vergüenza que había pasado al gritar así, dejo rápidamente aquella caja
donde pudo.
-Te
veo con los chicos, iré a ver como sigue Changmin – Y el pelirrojo huyo, pero
no llego demasiado lejos, no cuando trato de abrir esa puerta y esta no cedió -
¿Por qué no abre? – Trato de empujar para después tirar de ella pensando que
estaba abriendo en sentido contrario, pero nada - ¿Por qué no abre?-
La
mirada alterada de Junsu se encontró con la del pelinegro, haciéndole saber que
no estaba bromeando en absoluto.
-¿¡No
abre!?- casi gritó incrédulo, acercándose al menor para ayudarle a seguir
intentando. Empujó, jaló, golpeó y pateó aquella puerta con refuerzos de metal
en el marco para solo lograr cansarse más de lo que ya estaba.
-¡¡Jaejoong
Hyung!!- chilló el pelirrojo, golpeando la puerta con sus puños, esperando
alguna respuesta del otro lado –¡¡Yunho Hyung!!-
-¡¡Changmin!!-
ayudó Yoochun, golpeando también la madera. Casi rindiéndose a los pocos
minutos.
-¿Yoochun
por qué no nos abren?- preguntó algo asustado a decir verdad – ¿Por qué no nos
escuchan?- agregó en un susurro, volteando a mirar el interior de la pequeña
habitación. No había otra salida, solo una pequeña ventana a lo alto de una
pared por la cual ni siquiera cabrían.
-No
creo que se hayan ido con Changmin y nos hayan dejado, ¿o sí?- habló en voz
alta, para luego negar entre risas irónicas –No, no, imposible, ellos no nos
harían esto- sacó su celular y marcó velozmente el número de Jaejoong, siendo
dirigido al buzón de voz.
-¿¿No
hay señal??- Junsu preguntó alterado, acercándose nuevamente a su amigo para
observar también el aparato entre sus manos, antes de buscar los ojos negros
con su mirada asustada.
Yoochun
podía ver lo asustado que su amigo estaba, y aun cuando él lo estuviera
también, no ganaban nada en alterarse los dos, trato de intentarlo de nuevo
solo obteniendo el mismo resultado que el pelirrojo, un buzón de voz.
-¡Nos
vamos a quedar aquí para siempre! – Quizá era una exageración del pelirrojo y
al pelinegro le hiciera un poco de gracia si a demás de estar asustado no
estuviera nervioso de estar con aquel pelirrojo, estaba encerrado con él, con
el chico que era el amor de su vida, ¿alguien podría saber que tan difícil era
aquello?, pero aun así el pelinegro trato de actuar con toda la calma posible,
posando ambas manos sobre los hombros del pelirrojo, ese que al contacto
comenzó a ganar un adorable color rosa en sus mejillas, hizo que le mirara.
-No
va a pasar nada, veras que en unos minutos vendrán a abrirnos, se les hará
extraño y vendrán así que cálmate - Y con una leve sonrisa en sus labios trato
de disminuir la preocupación de pelirrojo, lográndolo claro estaba, porque
aquella sonrisa solo logro que el pelirrojo se sonrojara un poco más y pequeñas
mariposas comenzaran a revolotear en su estomago. – Si, seguro vendrán por
nosotros -.
Y
así paso un minuto, dos, cinco, quince… y nada, ni señal, o ruido que dijera
que sus amigos estaban cerca y ellos estaban muy atentos y podían escuchar
perfectamente si alguien se acercaba, ¿la razón?, su silencio. Después de aquel
contacto que había tenido Yoochun con Junsu, ambos se habían apartado
rápidamente tratando de simular que nada había pasado, tratando de distraerse
con cualquier cosa que les rodeara para después terminar cada quien en alguna
parte de aquel lugar, entre más lejos uno del otro parecía que era mejor para
ellos. ¿Cómo es que habían terminado así?, ¿Cómo de ser buenos amigos ahora
parecía que les costaba verse?, quizá era aquel sentimiento que nacía en sus
corazones, ese sentimiento que era más que de amigos, ese que les hacia
suspirar, ponerse nerviosos y sonreír bobamente cuando se miraban, ese
sentimiento que les confundía y solo les hacia querer correr y alejarse solo
para que el otro no supiera la verdad, era ese sentimiento el que los separaba
ahora.
Los
ojos del Junsu se habían perdido hace varios minutos sobre la anatomía de su
mejor amigo, recorriendo con la mirada cada músculo descubierto en sus brazos,
cada hueso marcado en su cuello y en su clavícula, esa prominente manzana de
Adán y más arriba los carnosos y provocativos labios. Era un milagro que
Yoochun no le haya descubierto casi comiéndolo con la mirada, quizás andaba más
ocupado volviendo a intentar comunicarse por teléfono, pero ya no podía evitar
hacerlo, no podía evitar perderse en ese mar de sensaciones vertiginosas que le
provocaba el mayor, no desde que se dio cuenta de ere latir presuroso que
comenzaba a retumbar en su pecho cada vez que le veía, o esa sonrisa junto con
miles de sonrojos que se instalaban en su rostro con solo escucharle decir su
nombre. Estaba enamorado hasta los huesos de Park Yoochun, ese chico que ahora
se encuentra tan cerca pero a la vez tan lejos de si, ese chico que ahora le
mira curioso con sus profundos ojos negros como abismos en los que sería
maravilloso perderse.
-¿Junsu
estas bien?- pregunta el pelinegro para sacarle de ese ‘trance’ en el que lo ve
desde hace varios minutos, recibiendo otro sonrojo a cambio, antes de perder de
vista las orbes caramelo porque se han escondido nuevamente cuando el pelirrojo
giró la cabeza.
-S-si…-
murmura apenas, jugando con sus dedos mientras se abraza a sus piernas allí
donde está sentado –Ya ha pasado casi una hora- habla como si nada, escondiendo
en lo más hondo de su ser ese miedo a estar encerrado y esos nervios por estar
solo con el pelinegro.
-Tienen
que regresar- reafirma con esperanzas, las cuales solo usa para animar a Junsu,
porque realmente las suyas cayeron en picada cuando a la décima llamada seguían
sin contestar.
Y
de nuevo silencio, con miradas furtivas, sonrojos y miradas apartadas antes de
que el otro se diera cuenta. El sonido de algo cerrarse a lo lejos les hizo
ponerse alertas y la esperanza de que fueran sacados de ahí volvió a crecer en
ellos, pero de pronto un sonido se escucho más cerca y todo quedo en completa
oscuridad.
Una
maldición se escucho por parte del pelinegro, un pequeño grito por parte del
pelirrojo. Ese que al quedarse en casi completa oscuridad se abrazo con mucho más
fuerza. ¿¡Por qué!?, ¿¡Por qué tenía que ocurrir esto!? el pelirrojo soltó un
pequeño lloriqueo mientras cerraba los ojos con fuerza.
-Qué
vuelta pronto, que vuelva pronto-
Murmuro
el pelirrojo mientras esperaba que la luz volviera, pero nada ocurrió.
-Junsu
ah…- La voz del pelinegro le hizo girar su cabeza hacia ese lugar de donde
creía provenía la voz, aun con los ojos cerrados y abrazándose a el mismo. –
¿Estás bien? – pregunto el pelinegro desde su sitio, quería acercarse pero en
aquella oscuridad ya no sabía dónde se encontraba el pelirrojo.
-No
– Escucho al pelirrojo decir en un pequeño lloriqueo, el pelinegro sabía cuánto
miedo le tenía el pelirrojo a la oscuridad y por obvias razones sabía que su
amigo no la estaba pasando bien.
-Acércate
Junsu ah – Le animo Yoochun a que se acercara, aunque la mera idea le provocaba
más pánico que el estar en completa oscuridad.
-Pero
no puedo verte – se quejo Junsu mientras hacia un esfuerzo por ver algo entre
la oscuridad.
-Voy
a hablarte, así que quiero que sigas mi voz, ¿de acuerdo?- Escucho un pequeño
si, y después de aquello el pelinegro comenzó a hablarle, de cualquier cosa se
le ocurría. Podía escuchar como el pelirrojo gateaba un poco sobre el suelo
antes de que sin previo aviso unas manos le tocaran, tocándole levemente antes
de que aquellos brazos de aquel pelirrojo le rodearan, aferrándose a él para
después escucharle soltar un leve lloriqueo.
-Tengo
miedo Yoochun – Murmuro demasiado cerca del oído del pelinegro, aquel
pelirrojo, pero ahora Yoochun no tenía miedo, más bien tenía un serio problema,
uno relacionado con la cercanía del pelirrojo, de sus brazos rodeándole, de su
cuerpo pegado a él, y de la respiración de Junsu cerca de su cuello debido a
que ese había escondido su rostro de lo más confiadamente mientras trataba de
refugiarse en el.
-E-está
bien… estoy aquí- balbuceó contra su cabello, más asustado por que el menor
pueda escuchar los latidos de su corazón desbocado, de lo que podría estar por
no ver absolutamente nada y estar encerrados en una habitación solos.
Las
cosas no podían ponerse peor, ¿o sí?
La
pregunta resonó fuerte en los pensamientos del pelinegro, quien casi se maldice
por pensar aquellas cosas justo antes de que el sonido de la lluvia en el
exterior llame la atención de ambos.
Yoochun
intenta acomodarse mejor para sujetar al pelirrojo, pero un trueno les toma por
sorpresa y casi en un brinco asustado Junsu termina completamente sentado en su
regazo lloriqueando más fuerte contra su cuello.
-Está
bien, está bien- le calma esta vez, sin poder evitar reír quedito luego de
aquel susto. Junsu está hecho un manojo de nervios y ni siquiera ha notado la
posición comprometedora en la que se encuentran. Con una de sus manos acaricia
los cabellos pelirrojos, mientras que con la otra se abraza otro poco a la
cintura del menor, atrayéndole más a su pecho, permitiéndole enroscar sus
brazos con más comodidad en su cuello.
Un
trueno más retumba en las paredes, haciendo chillar a Junsu. Sus manos se
apresuran en buscar otro lugar al cual aferrarse, algún lugar más cercano, y
terminan enmarcando el rostro del pelinegro, jalándole hasta chocar sus frentes
por el simple hecho de quererse sentir cerca. Por quererse sentir protegido.
Los latidos del corazón de Yoochun se alteran en sobremanera y ya no sabe qué
hacer, están demasiado cerca, son demasiadas las ganas de fundir su aliento a
ese que siente sobre sus labios, es demasiado el amor que desborda de su ser
por aquel asustado y hermoso chico que está sentado en su regazo. Y no sabe qué
hacer.
Cuando
aquella mano dejo de acariciar su cabello y lentamente se poso sobre la mejilla
del pelirrojo, este fue vagamente consiente de como se encontraba en ese
momento, era más consciente de lo cerca que se encontraba del pelinegro, de su
mano en su mejilla, de su brazo rodeándole y acercándole y sobre todo de su
aliento golpeando suavemente contra sus labios, labios que no podía ver pero
que sabía que se encontraban a milímetros de distancia, pequeños y escasos
milímetros que le impedían tocar aquellos labios que siempre había deseado
besar, esos que en ese momento se moría por besar.
-Junsu
ah – El aliento mentolado del pelinegro golpeo contra los labios del pelirrojo
cuando este hablo, haciéndole caer en una especie de trance, el pelirrojo
deseaba acortar aquellos milímetros, tanto como lo deseaba ese pelinegro que
ahora acariciaba su mejilla suavemente, con delicadeza, casi como si tocara
algo realmente frágil y valioso que tuviera miedo a romper o a perder,
hipnotizándole.
-Yoochun
ah – Y aquel murmullo de aquel pelirrojo fue suficiente para que la distancia
que les separaba terminara de desaparecer. Pares de labios fueron encontrados
en el mismo instante que un trueno se escucho a lo lejos pero ellos, ellos ya
no eran consientes de él, ni de nada de lo que los rodeaba, solo eran
consientes de aquel par de labios que tocaban los suyos, de ese rose suave que
un poco titubeante comenzó, pero que lentamente comenzaba a ser un poco más
confiado, más deseados por el otro al ver que ninguno de los dos era rechazado,
ni apartado, un suave rose que ya no era suficiente para ninguno de los dos,
los dos necesitaban más.
Los
labios del pelirrojo se entreabrieron levemente en un suspiro cuando la amplia
mano del pelinegro acaricio su cintura mientras le acercaba un poco más a él,
si es que eso era posible, dándole todo el acceso disponible a aquel pelinegro
que no perdió la oportunidad de por fin conocer el sabor de aquella boca que
había deseado todo ese tiempo en probar, aquella boca que en ese momento se
encontraba degustando, como si de un manjar esquicito se tratase, ganándose uno
que otro suspiro cuando su lengua toco levemente su igual de manera juguetona,
pero seguía sin ser suficiente y aquel beso que en un momento fuera inocente
subió su intensidad hasta dejar a ambos sin aliento y necesitados de más besos.
Quién
sabe si la tormenta había empeorado, quién sabe si por mera casualidad algún
guardia nocturno se pasó por las oficinas para asegurarse de que el edificio
estuviera vacio, quién sabe si en aquel preciso instante había algo más
importante para ambos chicos que no fuera besarse con aquellas ganas que traen
reprimidas desde hace demasiados días e incluso semanas atrás.
Los
labios rosados de Junsu enrojecían de a pocos con cada succión o lamida que era
dejada sobre ellos; aquel contacto húmedo había mandado al diablo hasta el
mínimo ápice de raciocinio que les quedaba en la cabeza. Solo podían procesar
el hecho de estar besándose fogosamente, de estar probando aquella boca que,
cual fruto prohibido, solo alimentaba más la curiosidad de ambos chicos y les
impedía detenerse.
-Ah~
¡Yoochun!- respingó quedito el pelirrojo cuando sus bocas se separaron una
milésima de segundo, tiempo suficiente para que el mayor introdujera su ágil
mano bajo la camiseta ligera que traía Junsu, dedicándose a acariciar cada
palmo de piel desnuda que encontraba.
Un
escalofrío placentero recorrió violentamente el febril cuerpo del menor,
haciendo que Yoochun vuelva a la realidad por un momento; dejó varios piquitos
sobre los labios que acababa de profanar, separándose casi sin querer hacerlo,
dejando la cintura del pelirrojo para poder enmarcarle el rostro con ambas
manos.
Una
sonrisa enamorada se acomoda involuntaria en ambos rostros, ¿cuánto tiempo
habían deseado eso? Ninguno lo sabe con seguridad, pero tienen completamente
claro que les ha encantado demasiado.
-Yoochunnie,
¿que acaba de pasar?- pregunta avergonzado hasta los cabellos, mordiéndose el
labio inferior, ese que descubre aún sabe a Yoochun.
¿Qué
que acababa de pasar?, para Yoochun era tan complicado poner todo lo que había
pasado, sentido y había deseado hacer mientras le besaba en unas simples
palabras, le era imposible, pero sentir como su amigo, su mejor amigo ese al
que amaba no se había separado ni una milésima de él, que no había dejado de
abrazarle por el cuello, o mucho menos se había separado cuando habían
compartido ese exquisito beso, ese que extrañaba y deseaba compartir de nuevo,
le dio el suficiente valor para decir aquello que en ese momento sentía, decir
solo una parte de todo lo que sentía por su amor, su Junsu.
-Solo
te he demostrado un poco de lo mucho que te amo, pero solo es un poco de todo
lo que siento por ti Junsu ah, me permitirías… ¿me dejarías amarte?
Y
el único sonido que se escucho fue el de la lluvia mientras ambos corazones de
aquellos chicos latían presurosos contra su pecho, uno nervioso ante la nula
respuesta y el otro emocionado ante aquello que el otro había dicho,
simplemente no se lo esperaba, no esperaba que fuera algo más que el simple hecho
de que estaban encerrados, de simple curiosidad, pero saberlo, saber que no era
solo curiosidad que podía ser amor, que era amor, amor correspondido le hacía
tan feliz.
Yoochun
había comenzado a titubear después de que los segundos pasaron después de aquella
revelación ¿y si había malinterpretado aquello?, ¿y si Junsu no sentía nada?,
¿y si…? Y todas sus dudas quedaron suspendidas en el aire cuando aquellos
labios de los que pronto se podría volver adicto se toparon con los suyos, de
nuevo en un beso lento.
-Ámame
Yoochunnie – Murmuro suavemente aquel pelirrojo, ese que aun cuando no podía
ver sabia que se había sonrojado, lo podía sentir, podía sentir el calor de las
mejillas de su Junsu en las palmas de sus manos y deseo que la luz volviera
para poder verlo.
Sus
latidos presurosos casi estaban sincronizados; sus labios volvieron a
encontrarse en nuevos besos. Besos cargados de amor sincero, amor que estuvo
bien escondido, cultivándose y creciendo con cada nueva sonrisa que se
regalaban, amor que ahora fluía y se desbordaba de sus cuerpos con el único
afán de envolver al cuerpo ajeno.
Las
manos de Yoochun volvieron a pasearse bajo la camiseta del pelirrojo,
delineando esta vez la piel marcada cerca de las costillas, arrancando suspiros
de la garganta de Junsu. Sonriendo ambos cuando el menor también decide colar
sus dedos bajo la ropa del pelinegro y acariciarle la espalda con aquellas
manos que aún le tiemblan un poco nerviosas.
-Te
amo- susurra el mayor contra los dulces labios que le corresponden, sintiendo
como se curvan en una sonrisa al escuchar aquello.
Se
atreve a alzar la camiseta un poco más, separándose apenas del rostro del menor
para poder acariciar con su mano desde el vientre hasta el pecho del pelirrojo,
presionando la piel con su pulgar cuando se topa con uno de los dos montecitos
que adornan los pectorales.
-¡Ahn!-
respinga sonrojado, dejándose tocar; porque sabe que el mayor lo hace con
cariño, lo hace para demostrarle lo que siente por él. Le hace el amor.
-Muero
por verte- susurra acariciando una de las coloradas mejillas con su mano libre
–Muero por ver tus sonrojos, muero por ver tu cuerpo. Quiero ahogarme en tu
mirada mientras te hago el amor- confiesa mientras va besando el níveo cuello
del pelirrojo, sintiéndole estremecer ante sus palabras.
Y
Junsu también lo deseaba, deseaba ver esos ojos negros en los cuales le gustaba
perderse, quería ver esa piel que siempre osaba en mostrar cuando podía, quería
todo eso en ese momento, pero sabía que era imposible, por ahora, ¿pero qué tal
si después de esto se dejaba amar de nuevo por él?, una vez… dos veces… para
siempre. De verdad quería un para siempre.
-Pero
puedes sentirme ahora, puedes sentir como mi cuerpo se estremece con cada toque
que tú le das - Y prueba de eso fue aquel escalofrió que recorrió el cuerpo del
menor cuando el pelinegro mordisqueo aquella piel de su cuello, esa que ya no
era suficiente para él, necesitaba probar cada espacio, cada porción de aquella
piel, esa que era tan adictiva como su boca, esa que había atacado de nuevo
antes de que sus manos se movieran más confiadas para deshacerse de aquella
camisa que le impedía tocarle con comodidad.
-¿Puedes
sentirlo Yoochunnie? – Un si quedo amortiguado en medio de aquel beso, antes de
que el pelinegro soltara su boca y continuara dejando un camino de besos por su
barbilla, por su cuello, por toda aquellas porciones que ahora comenzaba a
conocer. Sus manos se movieron ávidas tanteando porciones de piel, mientras las
del menor permanecían en su espalda, sus brazos conociéndole de apoco aun en la
oscuridad.
-Voy
a conocerte ahora Junsu ah, voy a probarte, voy a amarte en este lugar, para
después hacerlo a plena luz del día, para verte, para amarte de nuevo, una y
otra vez – El pelirrojo fue recostado lentamente contra aquel suelo, ese que le
saco un escalofrío por el contraste de su piel contra el frio del suelo, pero
pronto fue sustituido por aquella boca, esa boca caliente que se empeñaba en
amar cada parte de él, hasta que la muy traviesa se encontró con aquel
montoncito rosado ese que se dispuso a amar, tomándolo en su boca, lamiendo y
tirando de él.
-¡Mhn!-
El pelirrojo gimió suavemente al sentir todas esas atenciones, quizá la
oscuridad no tenia tanto de malo, quizá la oscuridad hacia que sus sentidos y
todo él se sintiera más sensible a todas esas caricias que ahora recibía, y si
él se sentía así, quería que Yoochun sintiera lo mismo. Aún con manos
titubantes se deshizo de aquella camisa del pelinegro, dejando al descubierto
toda esa piel para sus manos, esa que toco, ganando suspiros por parte del
mayor, y deseo sentirla más cerca de él. Abrazándole tiro de él hasta que el
pelinegro termino recostado sobre él, entre sus piernas, hasta que la piel
caliente de sus torsos se tocaran ganando suspiros por parte de ambos cuando el
pelinegro se movió sobre él, rozando sus cuerpos.
La
temperatura subió considerablemente con aquella acción; los brazos de Junsu
estaban enroscados con fuerza alrededor del cuello del mayor, impidiéndole
levantarse, mientras que las manos del pelinegro se aferraban a la delgada
cintura, pegándole más a su cuerpo si era posible.
-Ju-Junsu-
el mayor balbuceó contra el cuello del pelirrojo, avergonzado también por
aquella posición en la que se encontraban. Habían encajado como piezas de un
rompecabezas, y no había parte del cuerpo que escapara del roce de la piel
ajena. Y el contacto en ‘aquella’ parte ubicada al sur del bajo vientre estaba
alterando las ya alborotadas hormonas del pelinegro.
-También
quiero sentirte estremecer Chunnie- le susurró al oído, atreviéndose a alzar un
poco más su cadera antes de enroscar sus piernas tras la cintura del mayor.
Aquel
roce le hizo gemir quedito cerca al oído del pelirrojo, si seguía allí quieto
iba a volverse loco, necesitaba seguir besándole, seguir tocando su piel,
necesitaba marcar cada palmo de su cuerpo desnudo con sus manos y con sus
labios. Forcejeó contra los brazos del menor y logró zafarse de ellos solo para
volver a su torso y llenarle de besos y lamidas.
Sus
caderas se mantenían ancladas, y ninguno de los dos planeaba separarlas por el
momento, al contrario, habían encontrado divertido y placentero moverse
despacio contra el cuerpo del otro, frotándose hasta comenzar a sentir ese
bulto incómodo que pide ser atendido de distinta manera.
Ambos
pezones de Junsu están erguidos y colorados después de tantas succiones y
lamidas; la piel de su cuello tiene varias marquitas algo más rosadas, producto
de los pequeños chupetones que el pelinegro le hacía cada tanto. La pequeña
habitación se ha convertido en su nido de amor, no importa si llueve afuera o
si la oscuridad apenas les deja verse; el calor que se acumula dentro de las
cuatro paredes les hace feliz, les embriaga en pasión y amor correspondido.
-Quiero
hacerte mío Baby- jadea cuando apenas se separa de los hinchados labios del
menor, sintiendo sobre su boca como la respiración ajena se descontrola otro
poco.
Su
respiración se altero un poco más, su corazón latía rápidamente deseoso de lo
que estaba por ocurrir, por lo que deseaba que ocurriera y aun con un poco de
vergüenza busco una de las manos del pelinegro hasta que la tuvo consigo para
posarla directamente sobre su torso haciendo que le regalara otra caricia, una
que se unió a las muchas que ya habían sido dadas.
-Hazme
tuyo, hazme el amor Chunnie – Y eso fue suficiente, suficiente para ese
pelinegro que no perdió oportunidad para hacerlo suyo para amarlo. Soltando la
mano del pelirrojo dejo que su propia mano vagara por su cuerpo directo al
lugar donde sus caderas todavía no se cansaban de jugar, de encontrarse entre
roses, hasta que su mano se poso en la entrepierna del pelirrojo ganándose un
gemido quedo, seguido de otro, y otro más, esos que escapaban de aquella boca
mientras el pelinegro traviesamente le torturaba, las manos del pelinegro se
movieron rápidamente, tratando de deshacerse de aquel pantalón que el pelirrojo
cargaba, necesitaba tocarle, mostrarle cuanto le amaba.
Los
pantalones y la ropa interior del pelirrojo terminaron en algún lugar de aquel
lugar, ¿pero a quien le importaba?, a ninguno de los dos les importaba en ese
momento. Las manos del pelinegro titubeantes subieron por las torneadas piernas
del pelirrojo causándole escalofríos, subieron hasta sus muslos y mucho más
allá, hasta la entrepierna del pelirrojo.
La
espalda del pelirrojo se arqueo seguida de un gemido en el mismo momento en que
la mano de Yoochun se apodero de aquella semi despierta erección y le atendió,
subiendo y bajando aquella mano, masturbándole, ganando de apoco tamaño contra
la palma de su mano.
-Y-Yoochun-
Junsu aferro sus manos a los brazos del pelinegro mientras inconscientemente
movía sus caderas contra la mano de Yoochun y eso, pareció emocionar y divertir
a Yoochun, porque soltando una sonrisita dejo de atenderle.
-Parece
ser que mi Junsu necesita otras atenciones – y con eso, fue la boca de Yoochun
sobre aquella carne caliente, esa que supo un poco salada pero aun así
deliciosa, esa que al ser tratada de esa manera solo logro que el pelirrojo
terminara balbuceando incoherencias y las mejillas sonrojadas.
La
ávida lengua se paseó confianzuda desde la base hasta la punta, haciendo subir
el volumen de los gemidos desesperados que escapaban de la boca de Junsu.
El
pelirrojo buscó una de las manos del mayor para entrelazarla a la suya,
necesitaba un medio para anclarse a la realidad, para asegurarse de que no era
un sueño lo que estaba pasando.
-Nghh~
¡¡Chuuun!!- gimió largo y alto cuando el pelinegro le engulló por completo,
llegando con sus labios a tocar la piel de su vientre antes de liberarle –N-no
hagas e-eso…- balbuceó apenas, intentando alcanzar con su mano libre el rostro
del mayor, hasta que a tientas logró sujetar su mejilla.
-¿Por
qué? ¿No te gusta?- pregunta confundido, sujetando la mano sobre su mejilla,
sintiéndola estremecerse.
-N-no
es eso… es que es demasiado vergonzoso- habla de corrido, deseando poder
advertir el siguiente movimiento del mayor; estremeciéndose cuando siente
varios besos sobre su entrepierna antes de comenzar a subir por su vientre en
un camino húmedo hasta profanar sus labios.
-Lo
sé, sé que es vergonzoso- ríe bajito, susurrando cerca a sus labios –pero
quiero ser el único que haga estas cosas vergonzosas contigo, quiero probar con
besos toda tu piel y no dejar ni un solo lugar sin explorar- explica y le llena
de besos nuevamente, volviendo a jugar con su mano sobre la hinchada erección
del menor. Sintiendo aquella presión sobre su propia entrepierna por culpa de
los pantalones y los bóxers que aún trae puestos.
El
sudor comienza a perlarse en sus pieles, se acumula en gotas pequeñas y va
deslizándose cuesta abajo. Junsu ha dejado que Yoochun le masturbe con su boca
y por más que sienta que puede morir de vergüenza, le encanta, porque es él, es
el amor de su vida con quien está haciéndolo.
-Chunnie…-
balbucea quedito, atrayéndole nuevamente – ¿puedo tocarte yo también?-
Y
tomando los labios de Junsu en un beso Yoochun le dio una respuesta más que
clara al pelirrojo, tomando una de las manos de Junsu la posó sobre su cuerpo,
dejando que fuera él quien la dirigiera hacia donde quisiera, hacia donde él
quisiera tocar.
-
Ámame Junsu ah – Y la mano de Junsu siguió ese camino hacia el sur, muy, muy al
sur hasta que se topo con esa parte de la anotomía de Yoochun, esa que le hizo
gemir cuando la pequeña mano del menor se apretó sobre su virilidad, esa que se
encontraba deseosa de más toques del pelirrojo.
Fue
el mismo Yoochun el que tuvo que ayudarle a deshacerse de su propia ropa, quizá
guiado por esa necesidad de sentirle, y cuando aquella mano se encontró con
aquella despierta erección ambos se mostraron íntimamente cuando se amaban. Sus
gemidos eran la respuesta de que ambos lo estaban haciendo bien, sus cuerpos
febriles perlados de sudor y sus bocas unidas en besos intensos que solo se
robaban el poco aire que podían rescatar sus pulmones, de mala gana Junsu soltó
aquella boca antes de implantar un poco de fuerza en los hombros de Yoochun
hasta hacerlo rodar, el también quería conocer cada parte del cuerpo de
Yoochun, quería conocerlo solo a él.
Su
boca un poco titubeante comenzó a dejar suaves besos húmedos por aquella piel,
mientras las manos del pelinegro se movían ávidas por el cuerpo del pelirrojo,
palpando y tocando toda piel que tenía a su alcance, sintiéndole suspirar
contra su propia piel. Un pequeño mordisco fue dejado en su cadera y después
aquella boca que era ya una de sus adicciones le hizo subir un peldaño al cielo
cuando le tomo por completo. Un gemido ronco escapo de la boca de Yoochun
mientras Junsu le masturbaba, mientras le tocaba y le probaba de manera
titubeante, lenta y tortuosa, para ambos todo eso era algo nuevo, que les hacia
titubear, que hacia titubear al pelirrojo pero que aun así sabía que era
correcto, porque se amaban.
Los
gemidos roncos hicieron competencia a aquella lluvia que parecía no tener fin,
pero antes de que llegaran mucho más lejos fue el propio pelinegro el que
detuvo a aquel chico pelirrojo, tirando de él hasta que sus bocas se
encontraran de nuevo, dándole a aquel pelirrojo un beso fogoso y necesitado,
demostrándole que necesitaba más, que quería y deseaba encontrarse piel con
piel de nuevo, tocarle, amarle más.
Sus
manos se deslizaron desde los hombros del pelirrojo hacia abajo, delineando
cada curva de la perfecta anatomía hasta llegar a los redondos y firmes
glúteos, presionándolos bajo sus largos dedos de pianista, acariciándolos a su
gusto y arrancando nuevos suspiros que eran detenidos por sus besos sobre los
labios del menor.
-¡Mmh!-
un jadeo escapó agudo cuando uno de los dedos de Yoochun tanteó sobre su
intimidad, haciéndole respingar nervioso.
-¿Puedo
tocarte aquí?- pregunta dejándole piquitos en el pucherito que se ha formado en
sus labios; acariciando con aquel dígito alrededor del contraído anillo,
memorizando con la yema de su dedo la suavidad de esa delicada piel arrugada.
-E-eres
tu Chunnie… puedes tocarme donde tú quieras- balbucea aún avergonzado,
estremeciéndose con cada roce en esa porción de piel sensible.
-Voy
a hacerlo despacito, ¿si?- promete y le besa un poco más profundo antes de
llevar 3 dedos a su propia boca para humedecerlos rápidamente. Regresa a la
intimidad del pelirrojo y con la saliva que hay entre sus dedos prepara la
entrada antes de intentar introducir un primer dígito.
-¡Ahh!~
¡Duele!- casi chilla el menor, hundiendo su rostro en la curvatura del cuello
de Yoochun; obligando al pelinegro a detenerse.
–
Lo siento baby, lo siento mucho- murmuró el pelinegro sobre el cabello del
pelirrojo mientras su mano libre acariciaba su espalda, que lo que menos quería
era que su niño sufriera, él quería demostrarle su amor de manera placentera,
no quería causarle dolor, pero sabía que para ser la primera vez iba a doler.
Se mantuvo completamente quieto mientras su mano seguía paseándose sobre la
espalda del pelirrojo mientras su dedo todavía permanecía a medio camino de
entrar. – Si este no es el momento baby, esperare, te he esperado mucho tiempo,
mucho tiempo para tenerte entre mis brazos, para amarte, para besarte y tenerte
junto a mí, así que esperaremos para esto, para hacerte el amor, hasta que sea
el momento indicado- y cuando ese día llegara el estaría preparado para no
causarle dolor.
Lagrimas
de emoción se arrejuntaron en los ojos de menor, esas que tuvo que evitar
derramar parpadeando rápidamente, Yoochun le estaba demostrando con aquellas
palabras cuanto le amaba y aun cuando sabía que Yoochun podría esperar si él le
pedía esperar, él quería hacerlo, quería sentirse amado, amado por el amor de
su vida.
-Solo
distráeme y no me sueltes – Y el pelinegro no lo haría, rodaron sobre el suelo
hasta que Yoochun quedo sobre el pelirrojo, encajando de nuevo perfectamente,
en definitiva ambos habían nacido para ser uno, y mientras tomaba la mano del
pelirrojo, preparo de nuevo sus dedos humectándolos con su saliva para
llevarlos de nuevo a la entrada del pelirrojo. Trato de ser lento y suave
mientras el primer intruso le distraía palpando aquella piel contraída, besos
fueron dejados sobre el rostro de Junsu cuando este soltó un pequeño respingo
de incomodidad y su mano apretara fuertemente aquella mano que le sostenía, que
le decía que Yoochun estaba ahí y pararía si se lo pedía, hasta que su boca fue
tomada en un beso que le distrajo por completo lo suficiente para que el
pelinegro pudiera adentrar uno de sus dedos en aquel pasaje.
-Te
amo, te amo Junsu ah – murmuro el pelinegro contra la boca de Junsu mientras
dejaba piquitos sobre esos labios antes de besarlo de nuevo. La incomodidad era
notable mientras Yoochun dejaba entrar y salir ese dígito, pequeños sonidos de
incomodidad escaparon de a boca de Junsu mientras se trataba de acostumbrar,
hasta que aquel intruso pudo entrar a aquel pasaje sin problemas, sin causarle
incomodidad.
Aquella
acción les costó un poco de tiempo, muchos besos y palabras cargadas de amor,
pero pronto aquellos tres dígitos de adentraban en ese estrecho lugar, sin
causarle incomodidad al pelirrojo, quizá le hacía sentir un poco extraño, pero
aun así le gustaba, y a prueba de eso eran esos pequeños jadeos que escapaban
de su boca, y de esa necesidad, esa que necesitaba a Yoochun.
-¿Ya
no duele?- preguntó con una sonrisa, dejando besos cortos sobre las sonrojadas
mejillas del pelirrojo, recibiendo una risita a cambio.
-No~
Mmmh~ Me gusta cómo se siente… pero- habla y se permite interrumpirse para
buscar con sus manos el rostro del mayor y atraerle en un beso más.
-¿Pero?-
insiste el mayor, riendo ante los piquitos desesperados que Junsu deposita
sobre sus labios.
-Pero
ya no quiero tus dedos- confiesa sintiendo como sus mejillas vuelven a arder
avergonzadas, apartando despacio la mano del pelinegro, retirándola de su
intimidad –ahora quiero esto- habla bajito y esconde su rostro en el cuello de
Yoochun cuando alcanza la entrepierna ajena, sintiéndola despierta e hinchada
bajo su tacto.
Un
jadeo alterado escapa de su garganta y sabe que no puede negarse. Desea con todo
el corazón unirse en cuerpo y alma a la razón de sus alegrías.
-Baby,
antes de hacerlo necesito que me respondas algo- pide mientras se acomoda mejor
entre las piernas del pelirrojo, logrando oír un ‘si’ confundido de parte del
menor –primero, yo te amo, ¿tú me amas?- sabe la respuesta, pero hace la
pregunta de todas maneras, besándole corto sobre sus labios.
-Te
amo- corresponde en un suspiro enamorado, acariciando con sus manos los brazos
y hombros que le envuelven.
-Entonces…
¿quieres ser mi novio?- cuestiona en un susurro, cerca, muy cerca a su oído.
Mariposas
revolotearon en el estomago de aquel pelirrojo momento justo en el que le
escuchó, Junsu no había esperado algo como eso, ni en un millón de años, nada,
nada de lo que estaba pasando se lo había esperado, pero ahí estaba, con el
amor de su vida, junto a él, amándose y en ese momento siendo su novio, bueno
claro si le respondía. Si le respondía a ese pelinegro que ya comenzaba a
sentir nervios ante su silencio.
-Sí,
¡sí! – El pelirrojo se apresuro a contestar, siendo él quien buscara los labios
del pelinegro dándole varios piquitos entre sonrisas hasta que sus bocas se
unieron en un beso más intenso, uno cargado de amor, de emoción, todo ese amor
y emoción que en nada se iban a demostrar, mientras se convertían en uno solo.
-Ahora
eres mío Junsu ah-, y un ‘para siempre’ fue murmurado en el odio del pelinegro
sellando aquello que ahora comenzaban y que no había duda de que así sería, que
seria para toda la vida.
Y
con eso, el pelinegro tuvo el camino libre para amarle, para amar a su novio,
como debía de ser, las piernas del pelirrojo se enroscaron alrededor de la
cintura del mayor y sus brazos alrededor de su cuello atrayéndole un poco más
si era posible. Las caderas del pelinegro se perfilaron perfectamente sobre la
intimidad del pelirrojo acariciando aquel contraído anillo con la punta de su
virilidad causándole escalofríos y acallo con un beso aquel respingo de
molestia del pelirrojo, varios te amos fueron dados, varias caricias y besos le
siguieron también mientras Yoochun se adentraba lentamente al interior del
pelirrojo hasta el tope, jadeando al sentirse completamente apresado por
aquellas estrechas paredes, quedándose complemente quieto esperando a que Junsu
se acostumbrara a él.
-Te
amo Chunnie ~ - y un poco avergonzado Junsu movió sus caderas, mostrándole a su
novio que estaba listo para ser amado. La incomodidad todavía estaba presente
entre ellos dos, pero mientras los movimientos lentos de sus caderas comenzaban
a ganar un poco de intensidad toda esa incomodidad fue suplantada por placer,
exquisito placer.
De
un momento a otro la lluvia se había detenido, y ninguno lo notó realmente,
pero no pudieron evitar avergonzarse un poco más luego de oírse más claramente.
Una risita resonó entre las cuatro paredes, haciendo sonreír otro poco al
pelinegro.
-Mmgh~
¿De qué te ríes precioso?- pregunta buscando con sus labios porciones de piel
desnuda para besar y marcar como suyas, sin dejar de embestir contra aquel
estrecho y húmedo pasaje que le estaba llevando al cielo lentamente.
-De
nosotros~ ¡Ahhn!- responde entre gemidos divertidos, casi arañando la espalda
de su novio cuando la hinchada erección toca un punto sensible en su interior –
¡Ngh! De los ruiditos que hacemos~ ¡Mm~! ¡¡Yoochuuun!!- intenta seguir hablando
y se retuerce en placer cuando el mayor repite la acción de hace rato y
presiona esta vez un poco más fuerte sobre aquel punto.
-¿Te
gusta allí?- pregunta mientras disminuye la velocidad pero aumenta la
profundidad y la fuerza, obligando a Junsu estremecerse bajo su cuerpo.
Entretiene
sus labios en los ajenos y le arranca suspiros desesperados de la garganta, sus
dedos presionan y jalan con cuidado los erguidos y sensibles pezones que se
ponen más duritos cada vez, su pelvis se presiona contra los redondos glúteos y
siente como desfallece cada vez que la intimidad del pelirrojo se comprime
sobre su falo presa del placer, siente como le succiona desde dentro y hace
brotar los más impúdicos gruñidos de su boca.
-Aahh~
Máas~ ¡Más rápido!- gimotea sobre los gruesos labios, enredando una vez más sus
brazos alrededor del cuello del pelinegro, sosteniéndose apenas mientras
Yoochun modifica el ritmo y embiste con velocidad dentro de su dilatado anillo.
El
pelinegro separo su boca de aquella que no se cansaba de besar, lo suficiente
para que a sus oídos pudieran llegar aquellos gemidos que poco a poco subían de
tono, esos que se unían a sus gruñidos y palabras incoherentes, esos que eran
música para sus oídos.
-Fuck
baby~ mhn~ tus gemidos son tan… tan sexys – y aquella ronca voz cargada de
placer solo envío una especie de corriente eléctrica por la espina dorsal del
pelirrojo haciendo que se arqueara, que gimiera un poco más fuerte.
-Yoochun~
¡ngh! - y el nombre del pelinegro fue balbuceado entre gemidos de aquellos
labios del pelirrojo, ese que medio avergonzado no encontraba la manera de
pensar coherentemente para poder defenderse un poco. Y no las encontraría en un
buen tiempo. Las embestidas del pelinegro eran certeras y rápidas, tocando
aquel punto que solo hacia retorcer y perderse en placer a aquel pelirrojo, las
paredes estrechas de su intimidad poco a poco comenzaban a contraerse, sus
cuerpos se rozaban, se frotaban, no había espacio para nada más, eran uno, uno
solo.
La
entrepierna del pelirrojo apresada entre sus cuerpos recibía atenciones,
mientras era frotada entre ellos a cada embestida del mayor, dándole doble
placer, ese placer que era demasiado para su cuerpo. Su piernas se apretaron
con más fuerza contra la cintura del pelinegro su cuerpo se alzo un poco del
suelo y sus caderas fueron tomadas por Yoochun, ese que le sostuvo para
arremeter con más fuerza, el sonido sordo del golpe de sus pieles solos les
excitaba un poco más si era eso posible, enviando corrientes eléctricas esas
que poco a poco se instalaban en su bajo vientre.
No
alcanza a ver su rostro, su vista a las justas y se ha acostumbrado lo
suficiente para distinguir su silueta. Y se frustra irremediablemente porque
quiere presenciar con sus ojos ese primer orgasmo que tendrán juntos, quiere
ver su rostro arrebolado en carmín y perder de foco el mundo ahogándose en sus
ojos caramelo. Quiere ver el cuerpo que ahora se le entrega y las marcas que se
ha empeñado en dejar hasta en el último recoveco de su piel.
-Estúpida
oscuridad- gruñe por lo bajo, abrazándose a la delgada cintura del menor, manteniéndole
con la cadera levantada sobre su pelvis. Le besa el cuello y lame a lo largo
hasta toparse nuevamente con los rosados labios, aumentando un poco más el
ritmo de sus estocadas… si es que eso es siquiera posible.
-¡¡Mmmhn!!
Chunnie~ ¡Ahh! Ya no… p-puedo~- gimotea contra su boca, buscando incesante una
de las manos del pelinegro para aferrarse a ella.
-Juntos
baby- sonríe y entrelaza sus dedos en la mano ajena. Se concentran nuevamente
en las estocadas, en las oleadas de placer que les toman por sorpresa; se
concentran en el calor, en la pasión y en el amor que desborda de sus cuerpos.
Los movimientos son frenéticos, la dura erección del pelinegro se entierra con
fuerza en la intimidad que le recibe gustosa. Las mariposas en ambos estómagos
terminan de convertirse en fuego crepitante que les quema desde lo más hondo de
su ser. Las corrientes eléctricas les estremecen, les erizan la piel y se
sienten desfallecer en el cuerpo del otro.
Los
gemidos de Junsu se agudizan y se transforman en chillidos ahogados que
trastocan hasta la última hormona en el cuerpo del pelinegro. Unos cuantos
movimientos más y en una última embestida presiona su pelvis con fuerza contra
la suave piel del trasero del menor, llegando lo más profundo que su longitud
le permite; marcando el interior de su novio por primera vez, llenándole de su
esencia y de todo el amor que tiene para entregarle.
La
esencia del pelirrojo termino entre los cuerpos de ambos chicos, esos que ahora
se abrazaban celosamente mientras sus pulmones buscaban un poco de aire, sus
corazones laten presurosamente uno contra el otro y sonrisas bobas y
satisfechas aparecen en sus bocas, se aman, se aman demasiado y no dudan en
decírselo al otro.
-Te
amo Junsu ah, mi novio, mi baby. – Murmura el pelinegro contra el oído de
Junsu, ese que se aferra más contra su novio y sonríe ampliamente, simplemente
no puede con tanta felicidad, es demasiado feliz ahora que sabe que su amor es
correspondido, que Yoochun es suyo, que él es de Yoochun y que sabe que será
para siempre.
-Te
amo Yoochunnie ~- Porque le ama tanto como su Yoochun le ama. Besos fueron
dejados sobre el rostro del pelirrojo mientras Yoochun se disponía a salir de su
intimidad, esa que ahora no quería abandonar.
-No
te alejes – Junsu no quería que Yoochun se alejara de él, lo quería cerca, pero
aun así el pelinegro termino recostándose a su lado, pero antes de que el
pelirrojo pudiera decir algo fue atraído hacia el cuerpo del pelinegro, ese que
le hizo recostar su cabeza contra su pecho mientras le apretaba contra el
posesivamente.
Con
una de sus manos libres busco entre medio de la oscuridad algo de su ropa, y
tanta fue su suerte que pudo encontrar una de las camisas de los dos, esa que
pronto utilizo para cubrir un poco la desnudes del pelirrojo. El silencio se apodero
de ambos, pero no era un silencio incomodo, o que necesitara ser llenado,
simplemente disfrutaban del escuchar la respiración del otro, mientras se
abrazan y comparten su calor. ¿Quién iba a pensar que estar ahí encerrados les
había dado la oportunidad de estar juntos?, así como debería de haber sido
desde hace mucho tiempo.
-Creo
que no fue tan malo quedarse aquí encerrado, ¿no crees baby? – pregunto el
pelinegro mientras besaba la cabeza del pelirrojo, ese que se acurruco un poco
contra su novio.
-Creo
que no, creo que ahora me gusta mucho estar encerrado aquí. - Y eso solo se
debía a que Yoochun estaba con él.
Sus
labios se buscan a tientas y comparten unos cuantos piquitos que vuelven a
pintarles las mejillas.
-¿Y
si… y si todo esto fue una trampa?- reaccionó de pronto, perdiendo su mirada en
algún punto desconocido del techo de la habitación.
-¿A
qué te refieres?- pregunta aún con los labios pegados a una de las mejillas del
pelinegro, y es que se siente tan irreal besarle que quiere aprovechar hasta el
último minuto de aquel ‘sueño’ que aún le cuesta asimilar.
-Piensa
bien, intenta recordar- comienza a hablar recostándose de lado, encarando al
menor –Changmin iba a traer las cajas pero se golpeo exageradamente, Yunho fue
por alcohol y Jaejoong se hizo cargo de Changmin… ¿Desde cuándo Changmin deja
que Jaejoong Hyung le diga bebé y lo toque?- va atando cabos sueltos mientras
explica y sonríe involuntariamente ante sus descubrimientos – ¡todo fue a
propósito!- ríe finalmente y atrae un poco más al pelirrojo.
-¿Y
eso es malo?- suelta en una pregunta confundida, enterneciendo en sobremanera a
su novio.
-Claro
que no Susu~ Al contrario, ellos sabían lo que sentíamos, lo hicieron para
ayudarnos- susurra contra sus labios y le llena de piquitos cariñosos,
enmarcando su rostro con ambas manos.
-Entonces
tendremos que agradecerles a los tres por mandarnos aquí – quizá lo hicieran
una vez volvieran por ellos, porque tenían que volver ¿verdad?
-Si
tan solo nos hubieran dejado encerrados pero con las luces encendidas ~ - La
mano del pelinegro se paseo por el cuerpo del pelirrojo acariciando su costado
hasta su cadera – Si las luces hubieran estado encendidas yo hubiera podido
verte mientras hacíamos el amor, seguro te mirabas precioso baby – Y las
mejillas del pelirrojo adquirieron un marcado sonrojo, más rojo que sus rojos
cabellos por la vergüenza.
-¡Yah!,
¡no digas eso! – y el pelinegro aun riendo recibió aquel golpe en el brazo por
parte del pelirrojo ese que escondía su cara contra su cuello, avergonzado.
-¿Por
qué no?, solo digo lo que pienso y creo que es verdad baby – y Yoochun apretó a
Junsu un poco más contra él, sonriendo contra sus cabellos.
-Solo
que es vergonzoso – pucheó contra el cuello del pelinegro.
-Tendremos
que hacer algo al respecto con eso, porque una vez que salgamos de aquí tengo
planeado hacerte el amor de nuevo para poder verte mientras te hago el amor.
–Ese era su plan y no lo iba a cambiar.
-¡Yah!,
Pues no te voy a dejar – Y aun cuando el pelinegro no le podía ver, sabía que
su novio le estaba viendo haciendo un puchero, uno de esos que le encantaban y
que no dudo en besar.
-¿Por
qué no? – y a cada palabra que salía de la boca de Yoochun un beso era dejado
en la boquita rosada de Junsu, ese que todavía formaba pucheros con sus labios.
-Porque
no quiero – y esa fue toda la respuesta del pelirrojo ese que volvió a esconder
su rostro contra el cuello del pelinegro.
-¿Ni
aun cuando te de besitos y cariñitos? – Un pelinegro sonriente pregunto
mientras besaba la cabeza de su pelirrojo novio repetidas veces.
-No,
no lo sé – y el pelirrojo se hizo un poco del rogar haciendo sonreír al
pelinegro.
-Umm…
no sabes… creo que tendré que convencerte ahora – y el chillido del pelirrojo
seguido de risas hizo eco en aquella habitación mientras era atacado por
cosquillas, esas que el pelinegro le provocaba haciéndolos reír a ambos.
Jugaron
varios minutos más, entre cosquillas y sonrisas divertidas hasta caer dormidos
presa del cansancio del día anterior.
Los
rayos de sol se cuelan por la pequeña ventana, iluminando lo suficiente como
para poder decir que es un lindo día.
Los
ojos caramelo se abrieron despacio encontrándose en una escena que alguna vez
juró ver entre sueños; el pelinegro durmiendo plácidamente a su lado, abrazándole
sobre su pecho desnudo luego de una noche de amor. Una sonrisa se extendió
sobre sus labios, mientras se acurruca aún más pegado al cuerpo ajeno, sin
dejar de compartir el calor, y se dedica a pasear sus dedos sobre esas
marquitas que descubre ha dejado sobre el cuello del pelinegro.
-¿Despertaste?-
pregunta la voz ronca del mayor, tomándole por sorpresa. Alza la mirada y se
topa con esos ojos negros que tanto le gustan y no puede evitar sonrojarse como
un tomate –Buenos días- saluda y acaricia con su mano una de las arreboladas
mejillas, apreciando aquel sonrojo como el toque perfecto a esa irreal escena.
-Buenos
días…- corresponde en un balbuceo avergonzado y se deja besar corto por esos
gruesos labios que conoció por primera vez en la oscuridad.
-Te
ves hermoso así- piensa en voz alta, y poco le importa avergonzar más al
pelirrojo, es su novio ahora después de todo –Quiero amanecer así contigo todos
los días de mi vida- confiesa en una sonrisa y deja vagar su mirada sobre la
piel desnuda que tiene en frente, descendiendo hasta toparse con esa camiseta
que cubre desde su cadera para abajo.
-Ni
lo pienses- se apresura en evitar que los pensamientos del mayor se vuelvan
acciones y sujeta con fuerza la tela para impedirle arrebatársela.
-Lo
veré más tarde de todas maneras, así que no te salvaras por mucho tiempo- ríe y
le atrae contra sus labios, entregándole un beso más profundo, más cargado de
amor. Sabiendo que su novio en algún momento le hará un nuevo berrinche
referente al tema.
Unos
ruidos fuera de la habitación les obligan a separarse, unos pasos al fondo del
pasillo contiguo les hacen reaccionar y con prisas recogen la ropa tirada en el
suelo, repartiendo cada prenda a su dueño para poder vestirse.
Yoochun
terminó colocándole la camiseta a Junsu, lo había detenido antes de que el
mismo lo hiciera porque quería ver esos chupetones que había dejado sobre su
pecho y que ahora eran preciosas marcas rojas que se quedarían allí algunos
días.
Unas
voces familiares se comenzaron a acercar a la pequeña habitación en la que
estaban, y los pasos les hicieron saber que definitivamente venían por ellos.
-¿Y
quién va a abrir? – y ese fue el mayor de los tres, quien miraba a su novio y a
su ‘bebe’ mientras se hacían los desentendidos mirando a otro lado que no fuera
la puerta que estaba frente a ellos – Cobardes – murmuro entre dientes, antes
de lanzar una mirada desaprobatoria, y con muestras claras de no más besitos
para Yunho.
-No,
espera… Boo...– Pero ya era muy tarde, ahora tenía que ingeniárselas para hacer
que su novio volviera a contentarse.
-¡Eish!
Yunho hyung en ocasiones me das vergüenza – y ese fue el menor de los tres
retando a su hyung, pero es que el menor no sabía lo que era quedarse sin besos
o cariñitos, pero ya aprendería un día. Jaejoong ignoro olímpicamente a ese
chico que decía ser su novio mientras se disponía a ingresar la clave que
abriría aquella puerta que tenia encerrados a sus amigos, si, en ese momento
trataba a Yunho de esa manera, pero solo porque estaba enojado o intentaba
parecer un poco enojado solo para ser mimado después. Una sonrisa apareció en
los labios del mayor, tratando de parecer lo más normal, como si nada hubiera
pasado.
-Hola,
hola – El mayor asomó su cabeza por el pequeño espacio que había abierto al
empujar la puerta, no estaba de más ser precavidos, quizá al verle le lanzaban
con algo, o peor aún encontrarlos haciendo otras cosas, que bueno que el mayor
tenía esperanzas de que estuvieran juntos y abrazados, besándose. Pero su
sonrisa se hizo mucho más amplia y con más confianza abrió aquella puerta
adentrándose al lugar dejando libre el acceso al menor y al moreno.
-Parece
que son buenos días– y el mayor tuvo el descaro de recorrer a ambos chicos con
la mirada, notando su ropa revuelta y arrugada solo causando nerviosismos y un
bello sonrojo en el rostro del pelirrojo - ¿Se divirtieron anoche?- y la mirada
del mayor se quedo enganchada en ambos cuellos, esos que no pudieron ser
cubiertos por su ropa, esos que dejaban más que en claro que algo había
ocurrido aquella noche, porque esas marcas no aparecían por si solas. Y las
mejillas del pelirrojo adquirieron un rojo intenso cual rosa roja en primavera
mientras era atraído por aquel pelinegro que con los ojos entrecerrados miraba
a los otros tres que parecían ahora divertidos.
-¿Y
ustedes no se divirtieron mucho dejándonos aquí encerrados? – contraatacó el
pelinegro solo para que pasaran de largo y ahora fuera el menor de los cinco el
que atacara y nada más y nada menos por que estaba sufriendo de más vergüenza
en ese momento.
-Uh,
uh parece ser que ayer fue una noche ardiente, da gracias a que no aparecimos
¿verdad Junsu? – y el pelirrojo se separo de golpe de su novio y sin decir nada
camino rápidamente tratando de alejarse de ellos, de esos tres que les seguían
haciendo burlas y de ese pelinegro que ya le seguía tratando de alcanzarlo.
-¡Yah!,
¡dejen a mi novio en paz! – y quizá el pelinegro no tenía que abrir mucho la
boca en ese momento, porque esa información solo era tomada para usarla en su
contra, pero a él no le importaba él era feliz en ese momento mientras
sonriente seguía a aquel chico pelirrojo por el pasillo – ¡Junsu ah!, ¡baby! –
y un ‘no me sigas’ fue dicho por el menor, pero no el no iba a detenerse, no ahora.
Un chillido escapo de la boca del pelirrojo cuando fue alcanzado por el
pelinegro ese que cargándolo en vilo lucho contra él mientras pataleaba
tratando de bajarse. – No te soltare hasta que lleguemos a mi casa.- Yoochun le
acomodo un poco mejor en sus brazos mientras ese pucheroso pelirrojo comenzaba
a hacer sus berrinches.
-Yo
no iré a ninguna parte y bájame ahora Yoochun! – pero no fue escuchado, ni una
palabra fue escuchada por el pelinegro.
-Iras
conmigo, y haremos el amor a la luz del día. Nos amaremos a la luz del día para
siempre- Y al pelinegro le falto agregar que lo harían por las tardes también y
en las noches mucho más, pero siempre seria para siempre.
FIN
*es la primera en comentar* ♥♥♥♥
ResponderEliminarGracias a ti por aceptar escribir conmigo y de verdad espero que se repita~ Estas dosis de YooSu hermoso me caen de maravilla *y estoy segura que no solo a mi* ♥ Lo leeré hoy de nuevo, y mañana y pasado mañana y seré feliz todos los días porque el YooSu es demasiado kjhdkshjshdd ♥♥ *^*
Par de hermoshos♥ Te quiero Tani~
*O* ... que bonito, gracias a las dos por compartir este bellisisimo Yoosu :P esta increíble, me encanta la arte donde se va la luz >_< espectacular muchas gracias ^^
ResponderEliminarUn saludo desde Canarias :P
muy bueno me encanto... deberian seguir escribiendo juntitas... les va bien... gracias *u*
ResponderEliminarNATA YOOSU<3
YooSu~~ *--* que bien que se decidieron a escribir juntas, ha salido un hermoso trabajo :)
ResponderEliminarAme el plan de Jae umma y sus metodos para conseguir que su novio y su crio hagan lo que quiere xD pero mira que son inteligentes y supieron aprovechar la personalidad de Junsu y Yoochun para tras encerrarles en una noche lluviosa y sin luz, confesaran sus sentimientos.
Junsu siempre tan tiernito y avergonzado <3 si nada mas faltaba que se pusiera letrerito de "chico avergonzado enamorado de chico sensualote" xD me encanta cuando va en ese plan xq es taaaaan él. Y por otro ladi, Yoochun asdaadhklana me fascina que sepa declararse y arrastrar a su baby a sus mas pervertidotas formas de hacerle el amor <3 amo que se amen tanto <3 <3 <3
Gracias por el shot besho y lemonoso~ llevare toda la vida diciendo que el mundo merece y necesita mas escritos cm este :) el amor por el amor sin tanto drama de por medio.
Ya Ne!! ;D
Ooohhh stuvo hermoso! Me encanto q el baby se dejase cuidar y mimar x chunnie...fue tierno y lleno d love love ^^
ResponderEliminarHehehehe cuando no jae omma haciendo de las suyas paq sus babies sean felices juntos...me dio risa eso dl accident d changmin...mijo definitivmnt todo un 'drama queen ' como la omma xD
saludos!
waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa Lloro de felicidad!!!!!!!!!!!!11 T_T, cuanto amor YooSu!!!!!!!!!!!!!!! *O*
ResponderEliminarNecesitaba tanto amor YooSu, apasionado y romántico, lo ame!!!!!!!!!!!!!!!!!
Chicas les quedo hermoso!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! y reí también, sobre todo al final n_n como les hacen burla *O*, Siiiiiiiiiiiiiiii los amo a las 5 T_T.
jajajajajajajajaj pobre Yunho como los amenazan jajajajajajajajajajaj n_n
jajajajajajajaja mori de risa cuando amanecio y le dice Junsu "Ni lo pienses- " jajajajajajaja y todavia Yoochunnie le dice "Lo veré más tarde de todas maneras..." jajajajajaja ♥_♥
Si que Yoochun se lo lleve a su casa ;)
Lo ame, gracias, gracias, gracias *O*
ooh pero q hermoso shot ^-^ gracias por escribir tan bonito ustedes hacen que cada dia me enamore un poco mas del YS les quedo muy lindi
ResponderEliminarjejej les quedo muy bonito ^.^
ResponderEliminarWaaa!!! Hermoso!! Me lo tuve que leer en diferentes horarios porque ya tenia mucho sueño cuando lo publicaron. Y ahorita seguí con la lectura. Valio la pena, no lo habria disfrutado tanto si seguia bostezando XD.
ResponderEliminarBuen trabajo a ambas!!
Bueno bueno como le dije a Axy, las dos hacen un dúo extraordinario, quiero decirles que me encanto el oneshot, la verdad fue divertido, romántico, lemon y súper tierno. amo que en los fic involucren a yunjae también, que sea vea el amor que se tienen.... me encanta cuando hacen a Yunho medio dominado, que por mas Jae sea el uke es él el que diga que tiene que obedecer o si no se queda sin sus besitos y cariños... y changmin como siempre el comilón, regañón y travieso de los cinco jajajaja como me reí con el... bueno que puedo decir de mi pareja preferida realmente me enamores de ellos, los adore, son hermosos y tiernos, amo el yoosu y mas cuando Yoochun es un pervertido y siempre quiera hacerle el amor Junsu donde sea jajajaja... me encantoooo
ResponderEliminarOh pero estos hermosos y lindos niñios no podían ser mas bellos al declararse y demostrar su amor~~ *,* amo lo tierno q es Junsu, tan temeroso y asustado x la situación q lo llevo a acercarse de ese modo a Chunie^^ y él sin saber q hacer para no cometer un error 0.0
ResponderEliminarBueno Tani y Axy fue Maravilloso leerlas *u* FELICIDADES!!!!....
Tani, yo en verdad no conocía tu blog pero x lo que veo aquí puedo leer muchas cosas lindas del YooSu hermosho y d mis adorados shinkis así q me suscribí a tu blogcito y m pasare seguido para leerte <3
Gracias Tani y Axy x el buen trabajo *o*
*O* O POR DIOOOOS!!! SANTOS DELFINES VOLADORES ROSADOS!
ResponderEliminarTanto amor!!! *---*!♥♥ q belleza!!!
Jae omma interviniendo awwws! xDDDD fue tan sk.h.skahd.dksfh y el pobre de yunho xDDDDD! y Min la victima?? xDDDDDDDD!
K gran familia! *----------*!♥ ikasisdug los amo tanto!!!
Y micky robándose a su baby para amarlo a la luz del día *Q*! OMGSUN!!! ...kiero saber q paso con luz u////////////u
dsuhdfhdfkhdksfhsf...
Como siempre... amo sus fic!! *7* hicieron algo tan bello!
Saludos~~ Q estén bien~~ ♥ ♥
SDGASFDGFDGASFDGFDAHDAGHFGDAFHGDAFJHTGFSBGSJFVB♥
ResponderEliminarTan cursiiii!!
Si el YS es amor *se rueda* Jae ahora te amo mas que ayer xDDD
Lo ame Lo ame Lo ame!!!
Y lo lei con un amigoo muy gay xDDD jajajaja Siii dijo que era muy cursi!!! xDDD Pero así es el YS todo cursi y meloso *wwwwwwwwwwww*
Que preciosa colaboración *rueda* Gracias a las 2!!!
*Lanza mucho YS besho*
♥~~~~~
A;SF;ASG;SDG;RE;YHTR;JF;HDF;GDF;HFD;HGD;HDF;GFDS;GSDFGFDGFD;HFD;GHFD;HFDG;FDG;RA;DS;FDSFA Miku muerta por todo lo que he leído >//<
ResponderEliminarCon la oscuridad todo se puede 8D Yoochun preocupado por el susto de Junsu.. dksada LO AME! Les quedó muy lindo, hermoso.. dlñskdlñaklñ ;; Jaaaaaaaaaaaaaaaaaaae... tú has juntado al hermoshi YooSu.. Mori con lo de Min xD dlñaskda muy buen plan 8D kdlñasdla me gustó mucho, ambas son grandes escritoras *-* ♥
Gracias a ambas por tal hermosi Shot~~♥
Holi ~
ResponderEliminarEn el blog de Axy dije que iba a comentar aqui y me demore una eternidad xD Lo siento *-* Pero aqui estoy
No conocia este blog! Asi que es primera vez que me veras comentando aqui, pero no la ultima!
Mi pareja favorita es el YunJae<3 pero amo el YooSu asi que vere que mas hay en tu blog :3
Ayyy pero que bonito shot *0* me gusto mucho el plan que hicieron para que el YooSu se declarara su amor
Y junsu todo avergonzado *-*
Me gustooo~ escriben muy bonito
gracias po el shot
waaaaaaaaaaa!!!
ResponderEliminarque lindo les quedo enserio¡¡
jajaa ese final estuvo bien cute...y romántico y Junsu ahciendose eld ificl...Gracia spro escribirlo chicas, espero más trabajo de uds. dos juntitas >_<
ah si es cierto!! soy nueva aqui *sevaahusmearelblog*
o por dios o por dios fue tan sdgdrugheurhdgu *-* -- Pero k fic fue tan perfecto .. graxias axy graxiuas tany ---
ResponderEliminarEn serio que se inspiraron entra en favoritos sin duda.
y si hacen una segunda parte .. kero saber k pasa en el dia .. los sonrojitos de mi susu .. me imagino y se ve tan limdo.
geraxias por su esfuerzo. las quiero tanto...
*ADRILOVEYOU*