[FIC] Mi persona favorita

Hola, hola!, ¿que tal todo?, espero que todos estén bien. Primero que nada quería decirles que perdón por tener el blog tan abandonado, pero ya no sera así, ¡ya tengo vacaciones!!!, ¡sii! soy libre ^^, por fin me han dejado ser libre, así que para celebrar mi libertad  me he puesto a escribir este pequeñisimo fic, el cual no se en que genero catalogar x3, creo que es un drabble pero es muy grande para ser drabble, y muy pequeño para ser un shot, así que solo le llamare fic x3.

Espero les guste mucho ^^.

Titulo: Mi persona favorita

Pareja: Yoosu 

Había cosas que le gustaban a Yoochun de su nuevo vecindario, primero estaba su casa, la cual ¡era muy grande!, que grande, ¡enorme!,  - bueno para un niño de 8 años lo era-  tenía muchas habitaciones y hasta había una especial para él con las paredes pintadas de azul, su color favorito.

Después estaba el colegio el cual estaba muy cerca de su hogar, tanto que él mismo podía caminar hasta ahí sin ningún problema, bueno no para él pero si para su madre que siempre le acompañaba hasta la puerta aunque eso si, por ser grande el siempre iba un paso adelante, que la tenía que cuidar, a ella y a su hermanito YooHwan, porque él era el mayor.

También estaban sus amigos del colegio  Jaejoong y Yunho hyung que iban en el aula 4 A si no se equivocaba, Changmin que era menor que él por dos años e iba en el aula 1 A,  del cual hay que resaltar se había proclamado su protector y lo ayudaba si alguno de esos grandotes de otros años se querían meter con él, ¡y lo mejor de todo! ¡Ellos vivían en el mismo vecindario que él! ¡A solo unas casas de la suya! ¿¡No era eso perfecto!?, bueno, para él lo era.

Y por supuesto no podía olvidar el pequeño parque que se encontraba enfrente de su casa, era pequeño pero tenía muchos columpios y resbaladillas, además de un pasamanos el cual se había vuelto uno de sus retos, él tenía que cruzarlo sin ayuda de nadie.

Aunque sin duda alguna los columpios eran entre todos los juegos su favorito. Le gustaba impulsarse tanto como podía, alzarse tan alto con ayuda de este, que hasta podía jurar que si alzaba un poco más la mano el podría tocar el cielo o una de esas esponjosas nubes que adornaban el cielo azul de primavera.

Pero entre todas esas cosas había algo más que se llevaba el puesto número uno de sus cosas favoritas de aquel vecindario, y no era un lugar, no era el colegio, ni su habitación azul, ni mucho menos aquel pequeño parque, se trataba de alguien, pero no un simple alguien, era su  compañero de aula, y también su vecino al cual no podía hablarle ¡y no sabía porque!.

Cada que quería hablarle, cada que se acercaba, cada que le miraba, sentía que su corazoncito latía muy rápido, se sentía extraño y solo quería esconderse, aunque no podía ir muy lejos ¡Ese niño se sentaba en la fila de enseguida!, ¡aun lado de él! Y aun así no podía hablarle, solo podía verlo, escuchar su voz chillona y su risa estridente, la cuales le contagiaban de su felicidad y le alegraba.

Pero … Quizá era momento de que le hablara, que dejara de sentirse extraño y hablara con él, porque aun cuando le hiciera sentir esas cosas quería que ese niño fuera su amigo.

Una pequeña sonrisa llena de alegría se instalo en aquella boca infantil, no podía esperar a que fuera mañana y tuviera que ir al colegio, se despertaría muy temprano y despertaría a su mamá mucho más temprano para ser el primero en la clase y entonces pudiera verle. O… podría ir a su casa… ¡Si!, ¡eso es lo que iba a hacer!

Sus pequeñas piernas apenas y tocaban el suelo, el columpio iba demasiado rápido, demasiado alto y él quería bajarse, nunca había practicado eso de saltar o algo parecido, el siempre esperaba a que el columpio perdiera fuerza para poder bajar, ¿podría hacerlo?, ¡tenía que hacerlo!.

Mucho más fuerte, mucho más alto … y entonces le vio por el rabillo del ojo,  ese niño bajito de cabello castaño que siempre llevaba en punta. Y quiso bajarse de una buena vez, ¡era su oportunidad!.

Cerro sus ojitos con fuerza, respiro varias veces tratando de tomar valor …  y entonces salto.

Aun cuando tenía los ojos cerrados estos se llenaron de lágrimas, sus pequeñas rodillas dolían, al final su salto no había sido como esperaba, pero no solo lloraba por los raspones que ahora tenia, o porque su mamá le fuera a retar debido al susto por verle así, si no porque estaba seguro de que ese niño ya se había ido, ¡y no pudo hablarle!.

Su mentón comento a temblar  dejando a la vista que en cualquier momento aquel niño iba a llorar con todas sus fuerzas, pero antes de que eso ocurriera, antes de que sus lágrimas bajaran por sus mejillas, le escucho.

-¡¡Yoochun!!, ¿¡Estas bien!?

Los ojos de Yoochun se abrieron de golpe al escuchar aquella voz chillona muy cerca de él, alzando su cabeza pudo comprobar que tan cerca se encontraba, solo unos pasos más y lo tuvo a centímetros de él.

Aquel niño de mejillas regordetas y levemente moteadas con un lindo rosa dejaba ver en sus  pequeños ojos color caramelo su preocupación y susto. Se había detenido en el momento justo en el que Yoochun había saltado, solo para verlo caer de rodillas, eso debía de doler y mucho, a él siempre le dolía mucho cuando se caía.

Una mueca de dolor se instalo en aquel rostro regordete e infantil cuando pudo ver las rodillas de Yoochun cuando le ayudo a pararse, pero cuando alzo su mirada para preguntarle si le dolía mucho, ese niño pelinegro solo sonreía, aun con algunas lagrimas en sus ojos.

-¿Por qué sonríes?, ¿no te duele?

Y Yoochun negó con la cabeza, ahora en ese momento no le dolía, simplemente se le había olvidado cualquier dolor o daño, ni siquiera sabía porque negaba o a que decía que no.

-Junsu ah… ¿quieres ser mi persona favorita en este vecindario? ¿Quieres ser mi amigo?

-¿Ah?

La confusión era más que clara en el rostro infantil del castaño, pero pronto el rosa de sus mejillas se expandió por todo su rostro adquiriendo un rojo intenso cuando aquellas palabras  fueron más que claras para él y más porque el mismo Yoochun se las repitió de nuevo. Su corazoncito latió muy rápido y no pudo evitar sentirse extraño, como se viene sintiendo cada vez que mira a ese niño pelinegro.

-Claro que… si, aunque… aunque pensé que ya éramos amigos.

Ahora fue turno de Yoochun, el estaba totalmente confundido, ¿eran amigos?, ¿¡y por qué él no sabía!?

-¿Si?

Y Junsu solo pudo asentir con su pequeña cabecita, simplemente le daba mucha pena poder decirlo, porque para Junsu solo había una persona favorita en su vecindario y era nada más y nada menos que su nuevo vecino, su compañero de clases y ahora su amigo.

Yoochun.

FIN

Un pequeño comentario me haría muy feliz ^^ <3