domingo, 2 de septiembre de 2012

[One Shot] Como cada mes, grito mi amor por ti




Titulo: Como cada mes, grito mi amor por ti 
Autor: Tani
Pareja: Yoosu
Genero: Romance
Extensión: One Shot





- Y ahí vas de nuevo ¿ah?



Susurro el pelirrojo mientras miraba a su amigo cambiarse frente a sus narices sin pudor alguno. Bueno,  no sabía cómo no sentía vergüenza si apenas llevaban un año viviendo juntos en el mismo departamento. ¿Cómo se habian conocido?, su trabajo los habia unido, todavía recordaba como su jefe habia llegado una mañana presentándoles a su nuevo compañero de trabajo que había sido trasladado desde Estados Unidos hasta Corea.
Se podía decir que ellos habían congeniado rápidamente, en menos de una semana ya se habían convertido en buenos amigos y hasta el pelirrojo le había invitado a que fuera a vivir a su departamento, si vivía en su departamento por qué no quería que su amigo pagara tanto dinero para arrendar un lugar cuando el tenia un departamento más o menos grande y vivía tan solo además que le ayudaba con las cosas del hogar. No tenía nada que ver que el pelinegro le hubiera gustado así como todos dicen “a primera vista”, no, eso no tenía nada que ver.

- ¿Cómo me veo?

Su amigo pelinegro le pregunto mientras se paraba frente a él con una de esas limpias y amplias sonrisas que le caracterizaba.
Junsu tuvo que morder su labio para no soltar las palabras que quería decir y solo atino a alzar su pulgar en señal de aprobación.

- Vaya con esos ánimos que me das solo me dan ganas de cambiarme de nuevo.

-¿Qué?, tu sabes que yo soy malo con todo esto, pero aun así me arrastraste a tu habitación para que te ayudara a elegir ropa.

Su pelinegro amigo soltó un bufido y se paro frente al espejo  mirándose detenidamente antes de encontrarse con la mirada del pelirrojo atreves del espejo.

-  Un Yoochun te vez genial no le hace mal a nadie ¿sabías?

El pelinegro hizo un puchero mientras el  soltaba un bufido y rodaba los ojos tratando de ocultar todo lo que en verdad quería decir.

-        -   Yoochun te vez genial.



Y parecía que escuchar esas palabras del pellirrojo hacía más feliz al pelinegro por que con solo escucharle dejo de verse en el espejo y se acerco a él para revolver su cabello.

- No me esperes despierto, quizá esta vez encuentre a la chica indicada.

El pelinegro siguió parloteando mientras caminaba de un lado al otro en el departamento tomando las cosas que necesitaba – llaves, billetera – mientras un pequeño pelirrojo le seguía de un lado al otro.

 Todavía no se por qué no puedes venir conmigo.

Junsu solo rodo los ojos mientras miraba a su amigo desde la puerta.

- Ya sé, ya sé, tu amigo Jaejoong vendrá a visitarte hoy. No olvides saludármelo. Aun no sé por qué no he llegado a conocerlo todavía.

El pelirrojo iba a contestarle y decirle la razón por la cual no lo hacía cuando su amigo pelinegro le interrumpió.

-   Bien, se me hace tarde. Deséame suerte. Te quiero.

Y con una de esas aplicas sonrisas casi corrió al ascensor, encaminándose a un bar nuevo, a una discoteca nueva, para “encontrar una pareja”.

- Y si, te ves genial, te vez increíblemente guapo no importa lo que te pongas, podrías ponerte hasta pijama y aun así lucirías realmente atractivo…

La voz del pelirrojo comenzó a ganar intensidad  mientras miraba como Yoochun desaparecía de su vista adentrándose en el ascensor.

- Pero tú debes saberlo, las mujeres que vas y buscas deben de decírtelo todo el tiempo, no sé por qué necesitas que yo te lo diga y no voy contigo porque entonces  solo podría sentarme y amargarme mientras te miro actuar como un idiota alrededor de mujeres, porque ¡sí!, ¡eres un idiota Park Yoochun! ¡Y yo más idiota porque me gustas! ¿¡¡Y sabes porque no conoces a mi amigo!!? ¡porque siempre terminas largándote antes de conocerlo! ¿¡Y sabes una cosa más!? ¡TE AMO!

Ni siquiera se percato del sonido de las puertas del ascensor al ser abiertas, ni de los pasos que él podía identificar aun en lugares concurridos, ni el olor a él, porque el pelirrojo seguía más que entretenido gritando a pulmón abiertos y a ojos cerrados todo lo que no se atrevía a decirle a  aquel pelinegro al cual debía estar ya en un bar o discoteca buscando una mujer, una mujer a la que parecía buscar con más desesperación con cada día que pasaba o eso es lo que podía observar el,  aunque no sabía para que, por que a cualquiera que buscaba siempre terminaba dejándola al mes, siempre saliendo con la escusa de que no era la indicada, que no sentía nada o que era demasiado fastidiosa. Después venia a él durante toda la semana quejándose y al siguiente fin de semana salía a buscar a la susodicha, siempre llegando al siguiente día con una sonrisa boba diciendo que era la indicada, que esta era la definitiva, aunque no sabía cuándo es que las miraba porque entre él trabajo y que pasaba casi todo el día con él en el departamento hasta los fines de semana, a lo sumo las miraba unas cuantas horas al mes, que seguro tomaba de su hora de almorzar, ahora entendía que no era él el que las dejaba si no ellas a él.

Además  cada vez que él le pedía conocerla – aunque no sabía para que – él salía con mañana Junsu ah, el fin de semana la conocerás Junsu ah, pero en todo ese año que llevaban juntos a ninguna habia conocido y daba gracias a ello porque entonces eso iba a doler mucho más, más de lo que ya dolía.  Porque era un idiota que no podía decirle todo eso que le gritaba en ese momento a la cara, todo eso que gritaba cada mes que él salía a buscar a otra mujer, porque era un tonto el cual estaba enamorado de otro hombre, un hombre que cada fin de semana de cada mes salía y conocía a una mujer nueva recalcándole que él nunca, NUNCA iba a salir con un hombre.

 ¿Tanto te cuesta decírmelo a la cara?, ¿Por qué tengo que esperar cada mes para escuchar lo que sientes?

     Junsu dio un bote en el mismo lugar mientras soltaba un grito debido al susto.
     
     - ¿¡Por dios quieres matarme!?

     Pero aquel Yoochun que pudo ver mientras se llevaba una mano al pecho tratando de calmar a su pequeño corazón que en esos momentos martilleaba contra su pecho, le miraba fijamente, con aquella mirada seria, aquella que solamente miraba cuando la situación era realmente seria y que no aceptaba ninguna broma, rodeo o que no le contestaran aquello que el preguntaba.
Y él, como el buen cobarde que es, hizo todo lo que no le gustaba, ignoro su mirada entrando al departamento sin importar si el pelinegro le seguía y sobre todo no contestando lo que el preguntaba.

Pudo escuchar como la puerta se cerraba una vez estuvo en la sala, pero eso no fue lo que hizo que su corazón latiera mucho más de prisa si es que era necesario, ni que comenzara a morirse de nervios. Fue el sonido del seguro de la puerta al ser puesto lo que casi hizo que quisiera salir corriendo de allí.

Pudo escuchar como tragaba saliva ruidosamente y su respiración comenzaba a alterarse.

- ¿Por que Junsu ah?, ¿por que cada mes tengo que inventar una mujer nueva para poder escucharte decir todo esto?. ¿Mis indirectas no son suficientes?, ¿mis te quieros no son suficientes?, ¿las horas que paso pegado a ti no son suficientes?, ¿no son suficientes para que te des cuenta?


Y el pelirrojo junto el valor y la fuerza suficiente para poder hablar, ¿por que no podía ser cierto verdad?, por que eso que el creía no era verdad ¿o si?, por que solo estaba creando falsas ilusiones.


- ¿Que me de cuenta de que?, se más claro, no quiero hacerme ilusiones, no me hagas pensar cosas que posiblemente no sean. Así que di lo que tienes que decir.


Y no se dio cuenta en que momento Yoochun se había acercado a el, no lo supo hasta que la respiración del pelinegro golpeo contra su oído y sus brazos rodeaban su cintura abrazándolo por la espalda.


- Te amo Junsu ah.


Y ahí estaba, lo que cada mes el pelinegro buscaba decir, lo que todos los días trataba de demostrar, lo que cada mes trataba de decir cada vez que escuchaba a su pelirrojo amigo comenzaba a gritar, pero que el como idiota no se atrevía a decir, no por que no lo sintiera o tuviera miedo, solo que era demasiado tonto para decirlo de manera correcta, esperando a que el pelirrojo entendiera lo que el trataba de decir sin palabras.


- Y yo te amo a ti.


Y al fin el pelirrojo pudo decirlo sin necesidad de gritarlo, como cada mes que gritaba su amor por él.   

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